La venta de influencias es un hecho que recorre los tiempos desde el Evangelio hasta la actualidad. Aunque los casos más conocidos provienen del ámbito político también ocurren en la empresa privada. Ante este panorama cabe cuestionar: ¿qué es la venta de influencias? y ¿cómo afectan a la sociedad?
De acuerdo con el Lcdo. Octavio J. Capó Pérez, catedrático asociado de la Escuela de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce, para determinar que alguien lleva a cabo una venta de influencias hay que observar el plan que genera la persona que realizará dicha actividad.
“Él va a desarrollar un esquema en el que, en primer término, esa persona realmente tiene influencias a tal grado de confianza que le permite contactar a las personas con las que pretende llevar a cabo su relación para obtener un beneficio y a su vez poder lograr el reclamo o el interés que la tercera persona quiera conseguir a través de él”, explicó.
En Puerto Rico la venta de influencias está tipificada como delito en varias disposiciones del Código Penal, tales como: Influencia indebida, prohíbe obtener o tratar de obtener cualquier beneficio al asegurar o pretender que se halla en aptitud de influir en cualquier forma en la conducta de un empleado público en lo que respecta al ejercicio de sus funciones. La intervención indebida en las Operaciones Gubernamentales, penaliza intervenir en la realización de un contrato o subasta del Gobierno de forma impropia con el propósito de beneficiarse”.
Continuó diciendo que: Extorsión, cuando se quiere lograr algo en términos de una amenaza o daño futuro. Oferta de Soborno, donde una persona le ofrece a algún funcionario público u otro individuo, algún beneficio para él o un tercero a cambio de que el funcionario público haga o no algo a lo que está obligado por ley a hacer o no hacer y ese funcionario lo acepte.
A nivel federal podrían darse las violaciones a delitos incluidos en el Honest Services Fraud Act y Hobbs Act en los que la persona que actúa impropiamente puede utilizar a través de los funcionarios públicos un esquema que le permita obtener beneficios por extorsión, fraude y eliminar la competencia de forma desleal. Todo ello, ocasiona que entidades o personas que cumplen con los requisitos de Ley y tienen la capacidad de competir en la obtención de contratos con el Gobierno, se les malogra esas oportunidades Esta práctica también se da en empresas privadas, pero tomando esta de información confidencial interna para aprovecharse de oportunidades o evitar riesgos futuros.
Respecto a cómo afecta a la sociedad, al evadir todos los pasos correctos, el Profesor Capó dio como ejemplo cuando una corporación no está apta para llevar a cabo un servicio, pero fue a una subasta y se la ganó utilizando actos de corrupción. En casos como estos, no se le da oportunidad a otras compañías o personas que sí tenían la capacidad para llevar a cabo ese servicio honestamente y por consiguiente, los servicios resultan deficientes o encarecidos indebidamente.
Advirtió que: “Así no solo estás afectando a la sociedad, sino que le estás dando mal ejemplo a tus conciudadanos. Para esa persona corrupta es mejor obrar a través de malos manejos, a tener que pasar el trabajo a través de los medios legales correspondientes. Se le envía un mensaje de que aquí el que gana es el listo o el corrupto”.
Por lo tanto, enfatizó que mientras el hombre sea honesto consigo mismo, se estará alejando de la situación de cometer pecado. Compartió que: “El mensaje es que el buen ciudadano, utiliza la libertad de escoger su destino, para que se sigan las normas de conducta éticas, actuando a su vez de forma honesta, correcta. Por consiguiente, al aplicar esos valores no caerá ni siquiera en la tentativa de cometer pecado”.