Puerto Rico siempre ha tenido un amor incondicional a la Virgen María. Pero cuando se trata de la patrona de toda la nación puertorriqueña, más todavía. Como todos los años, cada 19 de noviembre la Isla se engalana para conmemorar dos acontecimientos muy importantes: el Descubrimiento de Puerto Rico y nuestra Patrona Nacional, la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Divina Providencia. Este año se realizaron múltiples actividades a nivel nacional, pues cada diócesis celebró la solemnidad a nivel diocesano y en cada iglesia particular.
Por su parte, la Arquidiócesis de San Juan celebró previo a la solemnidad un triduo en la Catedral de San Juan y en el Santuario Nacional en Cupey se realizaron actividades con rezo del Santo Rosario, cantata a la Virgen, prédicas, Adoración Eucarística y Misa de Vigilia durante la noche del 18 de noviembre.
El pasado sábado 19 de noviembre, la Solemnidad de María Madre de la Divina Providencia comenzó a las 10:00 a.m. con el rezo de los Laudes Solemnes en la Parroquia San Francisco de Asís de Viejo San Juan, seguido por una procesión con la imagen de la Virgen que comenzó en la Plaza Salvador Brau hasta la Catedral de San Juan. Al llegar a allí, los fieles recibieron con alegría y entusiasmo la imagen de la patrona de todos los puertorriqueños.
La Santa Misa por la Solemnidad de la Virgen de la Providencia y clausura del jubileo del inicio de construcción de la Catedral Metropolitana y Basílica Menor de San Juan Bautista de Viejo San Juan comenzó a las 12 del mediodía. Dicha celebración fue presidida por el Sr. Arzobispo de San Juan, Monseñor Roberto Octavio González Nieves, O.F.M., acompañado por algunos de sus hermanos obispos de las distintas diócesis de la Isla. Entre ellos: Padre Obispo Rubén A. González Medina, C.M.F., Obispo de Ponce; Mons. Alberto A. Figueroa Morales, Obispo de Arecibo y Mons. Luis Francisco Miranda, O. Carm., Obispo de Fajardo-Humacao. También hubo gran presencia de sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, al igual que de fieles de distintas zonas de la Isla que llegaron hasta San Juan para celebrar este día como Iglesia Católica puertorriqueña.
En su homilía, el. Arzobispo Metropolitano resaltó algunos elementos característicos de nuestra cultura puertorriqueña, como la bandera, el Himno Nacional, el coquí, la comida típica, entre otros. De igual forma, animó a los presentes a entonar una versión modificada de la famosa canción “Que bonita bandera”. Decía: “Que bonita patrona… es la patrona puertorriqueña”. Luego, este resaltó el amor a nuestra patrona, a la cual le debemos un amor y respeto especial. Porque, así lo dice la famosa canción compuesta por Tony Croatto: “Virgen de la Providencia, tú también eres de aquí”.
“¿Quién a Puerto Rico orienta?”, preguntó antes de culminar la Santa Misa Obispo Rubén a los fieles, a lo que ellos contestaron: “la Virgen de la Providencia”. La Virgen María “está –como en Caná– cercana y atenta a las necesidades para actuar con prontitud”, añadió a su mensaje. “Llévense a María a su casa, acójanla. Pregunto: ¿a María quién la recibe?”; los fieles contestaron: “¡La recibo yo en mi casa!” “En la casa del corazón, la familia, la comunidad, la patria y nación puertorriqueña…”, culminó el Obispo de la Diócesis del sur.
Aunque este mismo día se estaría clausurando el jubileo por el inicio de la construcción de la Catedral de San Juan Bautista, Mons. Roberto decidió extenderlo un año más, ya que el próximo año se celebrará el 150 aniversario de la Abolición de la Esclavitud en Puerto Rico. Debido a esto –comentó Arzobispo Roberto– “he decidido entronizar –próximamente– en la Catedral una imagen de Santa Josefina Bahkita, africana que fue secuestrada durante su niñez y vendida en el mercado de los esclavos”. Esta luchó hasta conseguir su libertad; luego ingresó en una comunidad religiosa donde vivió en “heroica santidad”.
Antes de culminar la Misa, el Arzobispo impartió la bendición con indulgencia plenaria y se entonó el Himno a la Virgen de la Providencia en la procesión de salida.
La imagen de Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia lucía reluciente frente al altar de la Catedral con la bandera de Puerto Rico y de Ciudad Vaticano a su lado. Acogía a Jesús tiernamente en sus brazos, como diciéndonos: así también recibo en mis brazos a todos los boricuas, mis hijos amados.
Luego de la Santa Misa, a las afuera de la Catedral se llevó a cabo una fiesta de pueblo con música. En la noche, el Santuario recibió la visita de peregrinos que asistieron al Festival de la Providencia, el cual tuvo la participación de músicos, emprendedores católicos y evangelizadores digitales para amenizar la celebración. ¡Que viva la Virgen de la Providencia, patrona de todos los puertorriqueños!
Jorge L. Rodríguez Guzmán
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