Si es de los que frecuentemente tiene secreciones nasales, nariz tupida, estornudos, picor en la nariz, ojos y garganta es probable que padezca de alergia nasal o rinitis alérgica. Esta afección al igual que otras como el asma bronquial, alergia a los medicamentos o alimentos, urticarias y reacciones a las picadas, tienen en común mecanismos inmunológicos que producen inflamación en diferentes partes del cuerpo.

La página digital, Medlineplus define la rinitis alérgica como  un conjunto de síntomas que afectan la nariz. Estos síntomas se presentan cuando se inhala algo a lo que se es alérgico, como polvo, o polen, por mencionar algunos. Los síntomas también pueden ocurrir cuando se consumen alimentos a los que se es alérgico. Igualmente, detalla que la alergia ocurre cuando una persona inhala un alérgeno (sustancia que puede provocar una reacción alérgica). Como resultado, el sistema inmunitario reacciona haciendo un anticuerpo para defenderse en contra del alérgeno y esta reacción provoca los síntomas de alergia.

Según un artículo publicado en la página digital de la Asociación Puertorriqueña de Médicos Alergista, el Dr. Luis Torres Vera, explica que contrario a los Estados Unidos que las alergias son por temporada, en Puerto Rico duran todo el año. Las causas también son diversas en EE. UU. y la produce el polen que ocurre durante unos meses específicos. Mientras, en Puerto Rico los responsables son los ácaros, polvos y hongos.

Asimismo, enfatiza que los problemas alérgicos no son de igual frecuencia en todas las edades. Los niños, adolescentes y adultos jóvenes son más propensos a padecerlas. Se estima que entre un 30 % y un 40 % de esta población tienen la afección que disminuye después de los 50 años. Mientras, en las personas de la tercera edad ocurre en un grado menor. No obstante, reconoce que estudios recientes han revelado un aumento en la incidencia de alergias en personas mayores.

El escrito confirma que, aunque no todo el mundo padece de problemas de alergias en las últimas dos décadas ha habido un aumento que ha duplicado y hasta triplicado las personas que sufren de este mal. Asimismo, sostiene que las investigaciones reflejaron que hasta un 78 % de los pacientes que tienen rinitis alérgica han enfrentado manifestaciones de tipo asmático.

Asma

Otro artículo redactado por el galeno establece que a pesar de que en Puerto Rico no hay estadísticas para determinar la cantidad de personas que sufren de asma o problemas respiratorios, se han realizado estudios de prevalencia acumulativa, es decir el % de personas que la padecen o la han padecido en algún momento. Se hicieron interrogatorios a estudiantes de escuelas hasta nivel 12 y del área metropolitana los resultados revelaron que hay una presencia acumulativa de asma de alrededor de un 42 %.

Del mismo modo afirma que desde la infancia los niños comienzan a mostrar erupciones en la cara o cólicos siendo la causa principal de origen alimenticio. Posteriormente, el niño desarrolla catarros frecuentes con secreción y congestión nasal, pero sin fiebre y eventualmente comienza a tener episodios de dificultad respiratoria con “pititos” en el pecho que son característicos de espamos bronquiales. Muchos de estos niños se diagnostican con croup recurrente. Asimismo, se informa que un 95 % de los pacientes con asma tienen rinitis alérgica.

Factores de riesgo

Hay ciertas personas más propensas que otras a desarrollar problemas alérgicos porque ya existe una predisposición genética. Un niño nacido de una pareja donde uno de los padres padece de alergia, asma o rinitis, la posibilidad de desarrollar alergias se eleva a un 80 %. Además, de la predisposición genética está el factor de exposición “si el mismo tiene problemas a la hora de ingerir la leche o algún cereal o si se le introduce el huevo de forma muy temprana tiene una alta probabilidad de desarrollar alergia a algunos alimento”.

Otro factor de riesgo es la contaminación ambiental. Así como el uso temprano de antibióticos en los niños. El escrito enfatiza que en Puerto Rico son raros los menores con fiebre que no reciben un antibiótico a pesar de que la mayor parte de las infecciones son de origen viral. Esto provoca que no se desarrolle normalmente el sistema de inmunoglobulina G, que es el que protege de las infecciones. Por el contrario, se produce más inmunoglobulina E, que es la que produce las alergias.

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