El sacramento de la Confirmación está estrechamente relacionado con el Espíritu Santo puesto que a través de este Sacramento  Dios da el Espíritu Santo a los creyentes. Por lo tanto, al recibir la Confirmación que se hace en una edad en la que la persona tiene más conciencia se acepta voluntariamente la fe de Cristo y se acepta ser católico.

Padre Eduardo González Castillo explicó que en el pasado los sacramentos del Bautismo, Comunión y Confirmación se daban  juntos y de ahí el nombre de los Sacramentos de iniciación cristiana. “Usualmente  luego de la evangelización, las personas se bautizaban y como eran adultos también hacían la Comunión y la Confirmación”, mencionó.

Destacó que luego la Iglesia católica en occidente decidió separar los tres Sacramentos. “El Bautismo por lo general se da en la niñez y se esperan algunos años para hacer la Comunión y la Confirmación. De esta forma cuando se reciben ambos sacramentos, ya se está más consciente de la responsabilidad que implican”, indicó.

El presbítero, afirmó que, aunque no hay propiamente una edad específica para recibirlo, usualmente se hace entre los 12 y 14 años. Confirmó que este sacramento está estrechamente relacionado con la Solemnidad de Pentecostés, que se celebra hoy, porque el Espíritu Santo llegó de forma especial sobre los apóstoles. Por ende, a través de él se reafirma la fe del Bautismo y se recibe el Espíritu Santo.

El presbítero aclaró que a pesar de que siempre se reciben los dones del Espíritu Santo en los Sacramentos, es mediante la Confirmación que se reciben de manera especial los siete dones y 12 frutos del Espíritu Santo como herramientas para que los cristianos puedan defender su fe, dar testimonio de ellos y llevar a cabo la obra de Dios.

Sobre por qué es el Obispo la persona autorizada para administrar el Sacramento de la Confirmación y no un sacerdote, P. Eduardo detalló que es el Obispo el que tiene la plenitud del sacerdocio y el que  tiene la autonomía del lugar. “Los sacerdotes bautizamos y el Obispo es quien confirma la fe de la persona que se bautizó”, precisó. No obstante, dijo que en casos espaciales el Prelado puede delegar en un presbítero para que se encargue de la Confirmación. Igualmente, dijo que el canon de la Iglesia da jurisdicción a los párrocos, para que en casos de que una persona esté en el lecho de muerte si desea confirmarse, el presbítero está autorizado a hacerlo.

De otro lado, en la Confirmación, al recibir el Espíritu Santo crecen las fuerzas espirituales en cada uno, al igual que les ocurrió a los apóstoles el día de Pentecostés. Del mismo modo, el confirmado se hace soldado de Cristo, no para luchar o matar por Cristo sino para ser leales a Él y mostrar sin miedo que se es católico, defender cuando alguien habla mal de su religión católica y se intenta extender el reino de amor a los hombres.

Finalmente, por el hecho de recibir la Confirmación se espera que cada confirmado defienda su fe sin importar lo que otros opinen de él o ella, a hacer apostolado, ayudar a que otros conozcan a Cristo y tratar de vivir en gracia.

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