Este próximo martes, 5 de noviembre se conoce en Puerto Rico como el Día del voluntario. Ciertamente, luego del paso del huracán María son muchas las personas que se han unido a diferentes iniciativas a lo largo y ancho del País para ayudar de forma voluntaria a los más necesitados.

Una de ellas, es la pediatra Vanessa Santini Hernández que desde el paso del huracán ha estado en diferentes partes de Puerto Rico evaluando pacientes pediátricos y también adultos sin cobrar un centavo por su trabajo. “Es una oportunidad maravillosa que Dios te regala dentro de lo que es la vocación tuya. Es una experiencia que te llena más a ti de lo que uno da. Ver la satisfacción de los padres porque uno está evaluando a sus hijos, es única”, aseguró la también feligrés de la parroquia La Gruta de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes en Trujillo Alto.

Añadió que “lo que Papito Dios te da de conocimiento tú lo tienes que dar en estos momentos. Yo misma digo que no quiero que se me pase ninguna oportunidad para ayudar. Estamos en un momento tan difícil y entonces que mejor ocasión para ayudar que esta”.

Del mismo modo, la Dra. Santini informó que actualmente labora como asesor médico de la Comisión Industrial de Puerto Rico y que le otorgaron una licencia para dar servicios comunitarios. Por eso, durante 6 semanas prestó sus servicios comunitarios en la Gruta de Lourdes. También participó de la Feria del Amor que organizó Cáritas PR el 28 de octubre. Igualmente, estuvo en San Lorenzo.

La Dra. Santini compartió que: “El Dr. Natalio Izquierdo me llamó para invitarme a ser parte de la primera feria de Salud que organizó la Arquidiócesis de San Juan en la parroquia Nuestra Señora del Pilar en Río Piedras. Allí conocí a José que me marcó por su actitud ante la vida”, narró quien es también Apóstol Eucarístico de la Misericordia.

Relató que Juan, un hombre de 45 años que luce mayor porque es HIV positivo. “Cuando él llegó donde yo estaba ubicada, me presenté y le pregunté porque estaba allí y respondió muy contento ‘que alguien le había dicho que ahí hacían evaluaciones y daban cositas’. Lo evalué, sus vitales eran estables, estaba tomando sus medicamentos y estaba muy contento”, recordó.

Continuó diciendo que: Me percaté que tiene un lunar en el parpado superior izquierdo. Le dije que fuera al oftalmólogo para evaluación. El Dr. Natalio Izquierdo me dijo: ‘Dra. estoy hay que estudiarlo, probablemente haya que quitar el lunar’. Entonces lo llevé la mesa de un plan médico, donde lo entrevistaron y le dieron cita para evaluar formalmente su caso.

A la especialista en salud le sorprendió la alegría de Juan, “no teníamos ninguna de las medicinas que él toma, pero le ofrecí otros medicamentos OTC que teníamos y él estaba feliz. Indicó que cuando Juan ya se iba le preguntó si iba a misa y él le respondió que sí, incluso que iba la parroquia del Pilar. La Dra. volvió a preguntar que si comulgaba y respondió en la afirmativa.

“Por último, le dije ¿te confiesas?, ahí se quedó callado. Le recordé que debía confesarse por lo menos una vez al mes. Volví a preguntarle: Si busco un sacerdote, ¿te confiesas?, otra vez no respondió. Busqué al párroco y se fue a confesar. Me sentí bien contenta no solo por ayudarlo en la parte médica, sino por acompañarlo en la parte espiritual. Ese fue mi regalo ese día”, concluyó. ■

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