Cada 19 de noviembre el pueblo de Dios que peregrina en suelo boricua se crece con fuerza esperanzadora por calles, campos, capillas, iglesias y catedrales para celebrar a la Patrona Principal: Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia. Como testimonio fiel del amor de los boricuas, como signo de la misión y en clave sinodal por ese camino juntos, la fe colectiva se renueva con procesiones y banderas que arropan a la imagen. Es un clamor para que Borinquén sea ese manto en relieve que la Virgen utiliza para cuidar al Niño Dios en su sueño…
Católicos -con rosario en mano pegado al corazón- dejan sus huellas devotas para mezclar fe, tradición y un sentido nacional que solo puede evocar la imagen de la patrona revestida con flor de maga. El coquí ese día canta como si fueran las letanías a la Virgen. Y es cierto, solo Jesús da sentido a nuestra cultura y valores fundamentales porque aquella imagen mariana es cristocéntrica. María, madre de la Providencia, de la Misericordia, de la Iglesia y de todos los cristianos, nos da su fiel ejemplo de santidad y comunión con Dios. Protege, cuida y dirige su mirada a Dios; toda su atención, todos sus sentidos, todo su tiempo y su vida están centrados en Dios… Ella nos enseña a amar…
Hay varios libros, historia, catequesis, oraciones, novenas y reflexiones sobre la devoción a la patrona nacional. Aunque en la fiesta todo fiel devoto repetirá estas líneas en tono mayor, con interludio en menor, que son dignas de repasar y reflexionar. Este eco resonará con fuerza el 19 desde nuestras voces desde la loma al marullo del mar. Aquí el himno a la Patrona Nacional:
Virgen Santa de la Providencia,
Madre de clemencia, Honor del Caribe,
Protectora, Borinquen te aclama,
Patrona te llama y a tu amparo vive.
Los boricuas, tus hijos amados,
llegan confiados a buscar los bienes
que les brinda con todo cariño,
por tu mano, el Niño que en los brazos tienes.
Ese Niño, que reposa en calma,
despierto en el alma, en Borinquen sueña,
y se alegra de que hayas querido
por trono escogido tierra borinqueña.
Puerto Rico te tiende su brazo,
sólo en tu regazo descansar añora.
Y te pide que sigas constante,
siendo en todo instante, su fiel Protectora.
Enrique I. López López
e.lopez@elvisitantepr.com
Twitter: @Enrique_LopezEV