Se le llama papá a aquel varón que a través de la concepción se convierte en el progenitor de un infante. Como especialista, reconozco que el concepto de paternidad requiere el asumir un rol activo al colaborar en el desarrollo de las capacidades de un niño. Para ello se requiere voluntad, decisión y sobretodo el establecimiento de metas que sirvan de guía para ese propósito.
La figura del padre es sumamente necesaria en la formación de esas metas y constituye uno de los factores protectivos cruciales para enfrentar los eventos en la vida. Desde su identidad muy particular, el hombre contribuye al brindar las herramientas que el niño luego utilizará en el futuro. Algunas de las capacidades a las que contribuirá serán: apertura afectiva, establecimiento de roles, control conductual, comunicación y solución de problemas.
Son interminables los estudios científicos que nos muestran los factores de riesgo a los que se expone un menor cuando no tiene a su lado la figura paterna. Algunas de las secuelas más extremas de la ausencia de un progenitor lo son: la delincuencia y las toxicomanías. En ocasiones, durante el proceso de crianza el varón adulto se enfrenta a tener que identificar de forma simultánea las carencias personales que tuvo en su niñez. Estas necesidades le pudieran estar impidiendo llevar a cabo su rol de padre de forma adecuada. Es de suma importancia reconocer que en ocasiones nuestros hijos se convierten en espejos para los adultos y esto no significa que somos inadecuados para poder criar. Por el contrario, el proceso de crianza es dual y de beneficio mutuo. Tenemos la oportunidad de poder redefinir, enmendar y modificar la estrategia.
El ejemplo siempre va a ser el modelo que el joven va a emular. Es por ello, que el padre debe estar siempre en apertura y en crecimiento constante construyendo su mejor proyecto de vida. En la actualidad, la paternidad requiere deconstruir las estructuras del patriarcado y el poder; para establecer líneas de respeto, diálogo y negociación. Si se logra establecer este objetivo, se construirá un ser humano integral que promueva una cultura de paz en nuestra sociedad.
(Dra. Elba Rosa Colón, psicóloga)
(La autora es especialista en trauma y adicciones, ofrece sus servicios en Centro de Renovación y Desarrollo Humano-Espiritual Buen Pastor; en el Programa de Consejería Psicológica y Espiritual).