La iglesia Santa Teresita de Santurce no dio abasto para la asistencia multitudinaria que se dio cita el 1 de noviembre, Solemnidad de todos los Santos, para la ordenación diaconal de la XV clase de Diáconos Permanentes para la Arquidiócesis Metropolitana. La celebración fue presidida por Mons. Roberto O. González Nieves, OFM, Arzobispo Metropolitano, quien impuso sus manos sobre los 19 nuevos diáconos.

Al filo de las 7 de la noche inició la procesión con la cruz y el libro de los Evangelios junto con los 19 candidatos y demás ministros. Providencialmente, la lectura cantada del Santo Evangelio (Mt 5, 1-12ª) fue las bienaventuranzas. Luego inició propiamente el rito de ordenación con la elección de los candidatos. Fue P. Edwin Hernández Ralat, vicario de Diáconos, quien presentó a los 19 candidatos ante el prelado arquidiocesano.

Durante su homilía, Mons. Roberto catequizó sobre la figura diaconal y que estos “no están en la mitad del camino entre el sacerdote y los laicos” sino que son un carisma que surgió desde los inicios de la Iglesia. “-El diaconado- Surgió de una queja de los helenistas a los hebreos porque las viudas eran desatendidas. Los 12 Apóstoles se reunieron y vinieron con una propuesta para atender esta situación. […] No todas las quejas son malas, de esa queja salió la necesidad de que la Iglesia tuviera diáconos. No escogieron a cualquiera que apareciera, hubo un discernimiento”, apuntó.

Continuó el Arzobispo para dirigirse directamente a los candidatos al diaconado: “Hoy ustedes 19 nuevos diáconos son representativos de aquellos 7 (mencionados en los Hechos de los Apóstoles) y se ordenan para esta Iglesia particular que igual que aquella Iglesia primitiva tiene mucha necesidad de servir a los más vulnerables, tiene necesidad de servir a las viudas, a tantos ancianos abandonados”. Enfatizó en la fidelidad a un ministerio diaconal de servicio, testimonio y colaboración, esto en favor del pueblo de Dios.

Posterior a la homilía, los 19 de pie declararon sus promesas con contundentes “sí, quiero”, “sí, lo prometo” y “sí, quiero, con la ayuda de Dios” que se sintieron hasta en los pasillos más distantes del templo. Esto ante cada interrogante relacionada con los aspectos del ministerio diaconal detallado en el ritual presidido por el Arzobispo. Postrados los 19 en total actitud de adoración se cantaron las letanías a los santos, precisamente en su solemnidad.

Fue entonces que aconteció la emotiva imposición de manos y plegaria de ordenación. La atención en la asamblea era total, cuando el Arzobispo impuso sus manos sobre cada uno de los candidatos arrodillados que hacían una larga fila ante el altar. Puestos de pie como diáconos permanentes fueron revestidos con la estola cruzada y la dalmática. Fue el Arzobispo quien les entregó a cada uno el libro de los Evangelios diciendo: Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido mensajero; convierte en fe viva lo que lees, y lo que has hecho fe viva enséñalo, y cumple aquello que has enseñado. Finalmente, el saludo de la paz.
Los 19 nuevos diáconos permanentes son: D. Freddie Acevedo Toledo, D. Eduardo Betancourt Medero, D. Gabriel Cintrón García, D. Antonio Colón Rivera, D. Pablo Manuel Dávila de Jesús, D. Federico Díaz Cruzado, D. Rolando Flores Rivera, D. Luis Aníbal Galarza de la Rosa, D. Roberto González Rosado, D. Alberto Enrique Irizarry Caro, D. Eddie López Alonso, D. Ricardo López Ríos, D. Juan Manuel Munet Díaz, D. Vicente Nieves de León, D. Richard Rodríguez de Jesús, D. Sauniel Andrés Rondón Silva, D. José Luis Rosa Díaz, D. Juan Alberto Rosario Nieves y D. Joseph Raymond Vizcarrondo Pérez.

EILL

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