La imposición de la ideología de género desde grados elementales en las escuelas co-educativas, la intromisión en los medios de comunicación privados para decirles que utilicen lenguaje de acuerdo a esta ideología y la creación de mecanismos para filtrar todas las políticas públicas, asignaciones de fondos y sugerir legislación basada en la ideología de género son algunos de los puntos que levantaron la preocupación en la nueva orden ejecutiva (OE 2020-078) aprobada por la gobernadora Wanda Vázquez.
El texto de la Orden Ejecutiva alega como parte de los motivos que justifican su implantación que la familia, la educación, la religión y los medios de comunicación son parte de la construcción del concepto “género” y los define como “una maquinaria grande que asegura un status quo del poder de unos sobre otros dentro de las familias, en las relaciones sociales y las relaciones políticas”. Así, se podría interpretar que se parte de la premisa de que la religión y la familia son parte del “problema” que se pretende atacar.
La Orden Ejecutiva alega una necesidad de dirigirse a la Plataforma de Pekin 1995, como fundamento para las acciones decretadas, lo que abarca lo que se va a enseñar a los niños de las escuelas elementales en Puerto Rico a partir de agosto 2021, lo que se va a decir a los medios de comunicación públicos y privados y que estará filtrando las asignaciones de fondos en Puerto Rico.
Cabe destacar que la Jefa de la Delegación de El Vaticano en la citada Conferencia de Pekin 1995, Mary Ann Glendon, en su intervención del 5 de septiembre de ese año, advirtió: “la Santa Sede ha tenido que señalar enérgicamente que el matrimonio, la maternidad y la familia, así como la adhesión a los valores religiosos, no se debían presentar de modo negativo. Afirmar la dignidad y derechos de todas las mujeres exige respetar el papel de aquellas mujeres cuya búsqueda de realización personal y de construcción de una sociedad estable va unida inseparablemente a sus compromisos con Dios, con la familia, con la comunidad y especialmente con sus hijos”. A su vez, la Portavoz vaticana objetó que esa plataforma de Pekin favoreciera el aborto, a lo que respondió que “Hay un claro consenso en la comunidad internacional en que no se debe promover el aborto como método de planificación familiar y en que se deber hacer todos los esfuerzos necesarios para eliminar los factores que llevan a las mujeres a buscar el aborto”.
En esa línea de pensamiento, el Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, advirtió que “La religión y la familia no son el enemigo de la mujer, sino una parte fundamental en la vida de las mujeres creyentes, como debería ser también en la vida de todas”.
Objetó que la Orden Ejecutiva pretenda atacar la violencia “a través de la imposición de una ideología, en violación al derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones”.
“Precisamente la violencia es una señal de la falta de Dios en el corazón de las personas, pues es ese amor a Dios el que nos lleva a amar a nuestro prójimo, en especial a los que nos rodean dentro de la familia”, expresó.
“Es necesario enfrentar la violencia atendiendo la raíz del problema, que es la crisis en la familia y los valores más fundamentales de amor al prójimo y respeto, que son causados por la ausencia de Dios en nuestras vidas. Sin embargo, hay que estar atentos a aquellos grupos que pretenden usar el dolor de tantas familias causado por la violencia, para adelantar agendas ideológicas que van en detrimento de la familia y los valores morales que nos deben distinguir como pueblo”, amplió.
En esa línea, llamó a la derogación de la Orden Ejecutiva y a dirigir los esfuerzos contra la violencia respetando los esfuerzos en favor de la mujer que tantas organizaciones de base de fe realizan movidas por sus creencias religiosas y educando en el respeto y el amor. De igual modo, animó a los padres a objetar la implantación de estos contenidos educativos en las escuelas, sin descartar la vía judicial.
Oficina de Comunicaciones
Diócesis de Arecibo