El Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, lamentó la firma de la nueva ley de adopción, que abrió las puertas a que las parejas no casadas y las parejas del mismo sexo puedan adoptar.

La nueva ley cambia lo que había sido la jurisprudencia hasta el momento, que establecía que el requisito del matrimonio iba en el mejor bienestar del menor (Pérez Vega versus Procuradora Especial de Relaciones de Familia [99TSPR64]).

El Obispo arecibeño reiteró que por ley natural, los niños tienen derecho a un papá y a una mamá, por lo que las leyes escritas por los hombres no pueden cambiar la verdad sobre la naturaleza humana.

“Reconocemos los puntos positivos que pueda tener la ley, como la reducción del tiempo para adoptar. Sin embargo, el deseo de los adultos no puede ir por encima del mejor bienestar de los niños y su derecho fundamental a un padre y una madre” dijo. En esa línea, recordó que para los políticos católicos la protección del matrimonio, la familia y los derechos naturales de los niños debe ser un punto sobre el que no deben negociar, pues se trata del futuro mismo de la sociedad.

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