Cuando de velar por la salud dental se trata, la nutrición juega un papel clave. La boca no solo aloja millones de bacterias sino que en ella se pueden desatar infecciones que posteriormente afecten la salud en general. Además, los dientes quedan vulnerables si no se tiene cuidado con los alimentos que se ingieran.

Hielo. Es para enfriar, no para masticar. Aunque está hecho de agua y no contiene ni azúcar ni otros aditivos, masticar sustancias duras puede dejar los dientes vulnerables a una emergencia dental e incluso dañar el esmalte.

Cítricos. Consumir frecuentemente alimentos ácidos puede erosionar el esmalte, es decir la superficie dura del diente, causando que los dientes sean más vulnerables a las caries. Por lo tanto, unas gotas de limón o de lima en un vaso de agua no siempre será la mejor opción para sus dientes. Las frutas cítricas y jugos también pueden irritar las llagas en la boca. Asegúrese de beber mucha agua.

No todo el café es bueno. En su forma natural, el café y el té pueden ser opciones de bebidas saludables. Sin embargo, muchos no pueden resistir agregarle azúcar. El café y el té con cafeína pueden secar la boca y beberlos frecuentemente puede manchar los dientes. Si los consume, tome mucha agua y trate de mantener los complementos al mínimo.

Los pegajosos, una pesadilla. Cuando de elegir alimentos saludables se trata, muchos agregan las frutas deshidratadas al tope de la lista. Sin embargo, muchas de estas son pegajosas. Este tipo de alimentos puede dañar los dientes, ya que tienden a permanecer en ellos más tiempo. Si come frutas secas a menudo, asegúrese de enjuagarse la boca con agua después de consumirlas.

Productos crujientes. Por ejemplo, los paquetes de papitas contienen almidón, ingrediente que tiende a quedarse atrapado en los dientes. Cerciórese de que elimina todas las partículas que pueden llevar a la acumulación de placa utilizando un hilo dental.

Refresco por agua. Ingerir frecuentemente alimentos azucarados y bebidas puede causar que las bacterias de la placa usen ese azúcar para producir ácidos que ataquen el esmalte. La mayoría de los refrescos carbonatados, incluyendo los de dieta, son ácidos y afectan los dientes. Las bebidas con cafeína y las de cola también pueden secar la boca. Si consume refresco, trate de beberlo junto con una taza de agua.

El alcohol. El alcohol causa deshidratación y resequedad de la boca. Beberlo en exceso puede reducir con el tiempo el flujo de saliva, lo que puede causar caries o infecciones orales. También aumenta el riesgo de cáncer en la boca.

Bebidas deportivas. Muchas bebidas deportivas y energéticas contienen un alto nivel de azúcar. Según la Academia Americana de Pediatría, mientras que las bebidas deportivas pueden ser útiles para los atletas jóvenes que participan en actividades físicas prolongadas y vigorosas, en la mayoría de los casos son innecesarias. Antes del próximo sorbo, revise la etiqueta y su contenido de azúcar. ■

(Fuente: Buenavida)

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