Fabricado con materiales provenientes de un vertedero clandestino aledaño a la comunidad Vista del Mar de la playa de Ponce, es el nacimiento construido con artículos reciclados ubicado en el jardín frontal de la parroquia Santísimo Sacramento. Con este se envían varios mensajes a la comunidad parroquial: la esperanza del tiempo navideño que es Jesús, crear conciencia sobre el reciclaje en estas fechas e invitar a no arrojar basura a las calles. Así lo dejó sentir el equipo de voluntarios que lo construyeron.
La obra sirve como una metáfora ambiental cuyo fin es reflexionar sobre el buen manejo de los desperdicios sólidos. El nacimiento de buenas proporciones, con cierto corte urbano y colores vivos, no puede pasar desapercibido para los que transitan por la Calle Marín, a menos de 20 pasos del Residencial Público Los Lirios de Ponce.
El nacimiento no se construyó de una vez, sino que ha ido creciendo. Se inició por las imágenes de la sagrada familia, luego la mula, la oveja, el ángel, los reyes magos y finalmente la estrella. Todos construidos principalmente de gomas, plásticos, telas, cartón, foam y otros materiales reciclados.
Una de las piezas clave del proyecto fue José Vázquez, quien preside un club comunitario y es miembro activo de la parroquia. Él fue uno de los que lideró las labores para la construcción del nacimiento con cinco voluntarios. También contaron la ayuda de los sacristanes jóvenes, matrimonios; y la juventud que se prepara para la confirmación. Fueron estos últimos, y los niños de catequesis quienes se encargaron de adornar el nacimiento con palabras claves como perdón, vida, fe y alegría.
“Se quería un pesebre grande, que se pudiera ver y disfrutar por la comunidad. Buscando ideas, se nos ocurrió hacerlo con gomas recicladas”, sostuvo el líder comunitario.
Del mismo modo, Jessie Santiago indicó que como la comunidad es abatida por la pobreza fomentar el reciclaje ayuda a que entiendan que “de todo lo usado se puede hacer algo nuevo” y se deseaba “infundir la esperanza con nuestros hermanos pobres que no están solos”. Así se animó a titular la obra como: El amor de Dios. Ese amor que se encarnó en la Navidad, que es Jesús, que se representa en el nacimiento y que sigue acompañando a la comunidad de la Playa de Ponce en la Eucaristía.
“Estamos tratando de fomentar esto en la comunidad. Atraer a la gente, a los que sienten solos, a los que dicen que no se sienten dignos de entrar a la Iglesia”, articuló Santiago. Ambos voluntarios destacaron la labor de Norma Feliciano y otros colaboradores.
Por otro lado, Padre Orlando Lugo Pérez, párroco, sostuvo: “Esta comunidad, como expresa el Papa Francisco, pertenece a las periferias existenciales de nuestra ciudad -de Ponce- y la conciencia de marginación la tienen los miembros de esta comunidad; ellos sienten que no los quieren, ellos sienten que el gobierno los abandona”.
De hecho, el sacerdote tuvo la iniciativa de derrumbar las rejas de la iglesia como un signo de acercar la comunidad a la parroquia. Así se creó el espacio para un jardín comunitario. Como la comunidad parroquial no cuenta con los recursos económicos para un nacimiento nuevo y tienen la problemática, que en la madrugada vecinos de otras comunidades pasan para echar basura en áreas verdes, explicó que utilizaron la problemática como una oportunidad. El párroco aseguró que las autoridades municipales han sido muy diligentes con la situación del vertedero clandestino cada vez que se le pide ayuda, pero la comunidad parroquial quería enviar este mensaje.
Además, el sacerdote detalló que el jardín se ha adornado con signos para promover los valores humanos y cristianos, “para colaborar y crear una comunidad más pacífica, responsable y una comunidad libre de drogas”. Padre Lugo aprovechó la ocasión para expresar que, aunque algunos en la comunidad no se atrevan a entrar por cualquier razón, que recuerden que los que se dejan iluminar por Cristo son los ciudadanos más distinguidos de la Iglesia.
Finalmente, Fela, Ada Colón y Miriam Rodríguez, tres de las feligresas de la iglesia, expresaron su alegría por la iniciativas, el acercamiento y atenciones que la parroquia ha realizado con la comunidad.
EILL