“La Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios (17)”. Con estas palabras en la Bula Misericordiae Vultus el Papa Francisco expresó su deseo para la Cuaresma de este año.

En el documento también sostuvo que el sacramento de la Reconciliación permite “experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior”.

Por consiguiente, indicó que: “Mi invitación a la conversión se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida. […] ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. […] Dios no se cansa de tender la mano”.

De otra parte, Fray Ramón “Monchy” Negrón Cruz, OFM Cap., párroco de la Parroquia Santuario Protomártires de la Inmaculada Concepción en Aguada, expresó que la Cuaresma es un momento privilegiado de la Iglesia católica que permite crecer en los valores de Dios y vivir el misterio de Jesucristo a mayor profundidad, por lo que dentro del contexto del Año Jubilar es un suceso importante y hermoso.

Según dijo, los cristianos nacidos en la realidad mundial actual deben sentirse perdonados por Dios, lo que les debe ayudar a fortalecer su vida espiritual.

“El Papa en sus reflexiones dijo que no es solamente mirar esa misericordia de ese Dios que baja y mira al ser humano y lo perdona, sino también en este Año de la Misericordia y en esta Cuaresma hemos de mirar a los hermanos”, enfatizó.

Agregó que dado a que Dios ha perdonado la gran deuda de la humanidad, “tenemos que mirar al hermano y mirarlo precisamente desde la misericordia, a pesar de la fragilidad, de los quebrantos, de que haya fallado. Uno ha de mirarlo con la misericordia de Dios para perdonarlo, aceptarlo, para que los que están en ruptura con el hermano puedan reconciliarse y tratemos de fortalecer esos vínculos de comunión”.

Asimismo, aclaró que las Puertas Santas no son solamente para recibir la misericordia de Dios, sino para fortalecerse en ellas con el fin de perdonar y acoger al hermano.

Fray Monchy explicó que: “Si nos reconciliamos con Dios, necesariamente tenemos que reconciliarnos con el hermano. El camino es esa realidad horizontal y vertical. Esa realidad de Dios con la misericordia para nosotros. Pero nosotros también debemos tenerla con el hermano”.

“Que este tiempo de Cuaresma sea un tiempo de paz, con un tiempo pascual hermoso, que todos podamos reinar desde ese Niño Resucitado al cual estamos encaminados a seguir”, puntualizó.

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