El escenario laboral está atravesando una revolución o transformación altamente significativa. Puestos de nueva creación reemplazan a otros con una velocidad sorprendente. Los anuncios de empleos especializados están repletos de nuevos títulos, que apenas 1 año atrás no se conocían.

Esta transformación de destrezas y conocimientos que ya se observa en el mundo del trabajo, está siendo acompañada de un fenómeno demográfico nunca antes presenciado por la humanidad. Se trata del envejecimiento de una fuerza laboral plenamente activa. Por los últimos 10 años la generación conocida como los baby boomers comenzó a llegar a la edad del retiro.

Sin embargo, en Puerto Rico el fenómeno de la longevidad humana adquiere matices diferentes. Puerto Rico enfrenta unos retos diferentes a los de Estados Unidos. En ese país observamos cómo se reduce la fuerza laboral “diestra”, ante un retiro o jubilación temprana. En Puerto Rico, por el contrario, mientras las instituciones universitarias continúan graduando miles de adultos jóvenes, los empleados que ya están más que listos para retirarse se mantienen ocupando puestos “de por vida”. El anticipado “tapón laboral”, en nuestra Isla ya es un hecho palpable.

Las razones sicosociales de esta congestión poblacional en los centros de empleo son varias. En Puerto Rico vemos personas pertenecientes a la tercera edad que aún siguen trabajando por razones de necesidad económica. En algunos casos existe un temor evidente a “dejar de trabajar” por no lesionar su autoestima y no perder su sentido de identidad, ya que para muchas personas la única fuente de auto-valía y significado existencial es el empleo. En otros, el enfrentarse a una soledad que deprime y asusta es el motivo que los mantiene “empleados”, envueltos en una maraña de actos repetitivos añejados. Un cuarto factor es el aumento significativo de personas pertenecientes a la tercera edad, que se tienen que dedicar a criar nietos, abuelos en rol de padres.

Por otro lado, los patronos puertorriqueños, públicos y privados, se enfrentan al reto de diseñar estrategias que hagan atractivo el retiro para los que ya llevan años colaborando en las organizaciones. El reto es mayor en términos de cómo lograr que la “historia” y el talento de estos trabajadores con mucha experiencia no desmantelen la empresa con su partida.

El retiro o jubilación debe ser la época dorada de cosechar y disfrutar de todos los sacrificios y experiencias de periodos anteriores. Es la oportunidad, si nos hemos cuidado adecuadamente y así lo hemos planificado, de llevar a cabo todos los proyectos que se pospusieron y se relegaron a causa de tener que estudiar, trabajar, enamorarse, casarse, trabajar, criar hijos y todas aquellas actividades asociadas a estar vivos.

Es necesario crear fórmulas innovadoras de retención de talento a tarea parcial, mientras se le da curso a la nueva cosecha, al mismo tiempo que se transforma la visión de un concepto de jubilación pasiva a uno de jubilación productiva y jubilosa.

Una vía excelente, que es parte del proyecto de vida de la autora, es lo de Empresarismo Senior y el Retirement Coaching, igual a planificación sicosocial de la jubilación, más allá del aspecto financiero.

Veamos algunos datos de interés:

• La raza humana está experimentando por vez primera, el fenómeno demográfico de la longevidad. Estamos viviendo más años.

• Esta longevidad es el resultado de tres factores: genética, adelantos médicos y estilos de vida más saludables.

• Por lo tanto, el segmento poblacional de mayor crecimiento es el del adulto mayor de 50 años. El concepto de viejo frágil, enfermo y dependiente ya no es el perfil que describe a muchos adultos mayores de 60 años.

• Una de las áreas más afectadas por este fenómeno poblacional es el escenario de trabajo.

• Como un resultado de todos estos factores, el mundo del trabajo está repleto de personas pertenecientes a la tercera edad, que aún se mantienen activos, laborando, día tras día. Por múltiples razones muchos candidatos cualificados para el retiro no se jubilan.

• Un número significativo de empresas y proyectos han sido creados por individuos mayores de 60 años.

• El empresarismo senior es un segmento en alto crecimiento en países de Europa y Estados Unidos.

• Entre la jubilación promedio, 62 años y el momento de la muerte, pueden transcurrir entre 20-30 años. Son demasiados años para desperdiciarlos.

(La autora está llevando a cabo un estudio sobre cómo el boricua planifica y qué aspectos consideran los empleados activos ante una jubilación inevitable. Interesados en participar libre y voluntariamente de dicho estudio, pueden comunicarse a serviciospadro@gmail.com. Pueden dejar mensajes de voz en el 787-690-1660). 

(Dra. Ada Padró | Psicóloga Industrial-Organizacional y Esp. en Gerontología)

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