De seguro luego de ver las noticas y conocer detalles de un horrendo crimen muchos podrían pensar que la pena de muerte es el mejor castigo para el culpable. Sin embargo, hasta el día de hoy ningún jurado en el país ha logrado ponerse de acuerdo para imponer ese castigo a un acusado.
Según, el Lic. Israel Santiago, catedrático asociado de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, recinto de Ponce, las razones las atribuyó a la cultura, el pensamiento y los valores de los puertorriqueños. “Muchos puertorriqueños no ven eso con buenos ojos. Ha quedado demostrado en los casos que se han llevado en el Tribunal Federal donde la fiscalía no ha conseguido que sentencien a nadie a esa pena”, indicó.
A su vez aceptó que la posibilidad de que un jurado de puertorriqueños avale que se imponga la pena de muerte de forma unánime, es algo que puede ocurrir, en cuanto se sigan viendo casos a nivel federal que entre las penas aplique este castigo. No obstante, sostuvo que en esos casos siempre hay una presión emocional. “No es lo mismo que diga esa persona merece la pena de muerte, a sentarte como jurado en el Tribunal y saber que sobre sus hombros recayó la responsabilidad de quitarle o no la vida a ese ser humano”, opinó.
Para el Lic. Santiago Lugo el asunto de la pena de muerte es una gran hipocresía porque se dice: ‘Te voy a quitar la vida, pero buscando una forma humana de hacerlo’. No hay una forma humana de quitarle la vida a una persona. La pena de muerte en sí misma es cruel”.
Si bien es cierto que en Puerto Rico en el foro estatal el castigo de la pena de muerte está prohibido, el licenciado mencionó que, por la relación de Puerto Rico con los EE.UU., se puede pedir la pena de muerte en un caso a nivel federal. “Las leyes federales tienen lo que se conoce como supremacía, es decir que tiene el efecto de desplazar cualquier ley de P.R., si dice algo contrario a una ley federal. De ese modo la ley de Puerto Rico pasa a ser inaplicable y se aplica la ley federal”, precisó.
Entre los delitos en los que la fiscalía puede pedir la pena de muerte incluye el carjacking, si hay un asesinato, aquellos relacionados al terrorismo, casos de narcotráfico si hay asesinatos, entre otros de los 40 delitos a los que se le aplica la pena de muerte.
Cabe destacar, que antes de que se pueda aprobar la pena de muerte sobre un acusado, se tiene que dar un veredicto de culpabilidad de forma unánime. Posteriormente, para solicitar la pena de muerte, nuevamente tiene que haber consenso entre todos los miembros del jurado para imponer el castigo.
De otra parte, el Catedrático Asociado, puntualizó que la inyección letal, método más utilizado para aplicar la pena de muerte en EE.UU., actualmente está confrontando problemas porque los abastos del medicamento que se utilizaba para esos fines se están agotando, y las compañías farmacéuticas no se los quieren vender al Gobierno, lo que ha provocado que se esté probando con otras drogas que no necesariamente van a tener el efecto que se espera en el cuerpo humano. “Me atrevo a decir que las últimas ejecuciones que ha habido en EE.UU. que no han salido como deberían se debe en gran medida a esa realidad”, puntualizó.
Finalmente, al indagar sobre la percepción que tienen las nuevas generaciones sobre este tema, el Lic. Santiago compartió que “a pesar de que hay opiniones mixtas, la mayoría ven la pena de muerte como algo arcaico. Los más jóvenes están más abiertos a pensar que hay que darle mayor énfasis al asunto de la rehabilitación que al castigo meramente”.
Calce: Lic. Israel Santiago, catedrático asociado de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, recinto de Ponce, opinó que matar a alguien independientemente de lo que haya hecho no va a resolver las cosas.
Camille Rodríguez Báez
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