“Pensar que me separen de mi hijo es horrible, que me arranquen mi bebé y él se quede aquí y yo me tenga que ir, si eso pasa creo que me muero”, así relató con lágrimas y voz entrecortada, Consuelo Daguin, una madre venezolana, que solo tiene autorización para permanecer en Puerto Rico hasta febrero de 2020.

Consuelo tiene una hermana en Puerto Rico que es ciudadana americana, al igual que su bebé que adquirió la ciudadanía desde el momento de su nacimiento. Sin embargo, a pesar que desde que llegó en el 2017, solicitó asilo político, hasta ahora desconoce si aprobarán o no su petición. “Cuando uno solicita asilo, ellos proveen un permiso de trabajo para que uno pueda ganarse la vida mientras se evalúa el caso. Mi permiso de trabajo vence en febrero de 2020 y me preocupa mucho lo que pueda pasar si no me dan el asilo”, indicó.

Admitió que su mayor deseo es quedarse en Puerto Rico junto a su hijo, conseguir un trabajo que le deje un sueldo fijo y que su hijo crezca libremente, sin los problemas y situaciones que afectan a su país.

“Es fuerte lo que los venezolanos estamos viviendo. Le pido mucho a Dios que ningún ser humano pase por la situación por la cual estamos pasando nosotros (venezolanos). Dejamos la familia, los amigos, todo y estamos en otro país. Es fuerte porque es como si estuvieras en un luto eterno”, destacó entre sollozos, al precisar que dejó a su madre y muchos otros familiares.

Consuelo de 38 años no tiene un trabajo fijo. El único sustento que recibe es del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) y lo que genera por la limpieza de casas que realiza, así como por las ventas de unas pulseras que confecciona. El dinero que gana lo utiliza primordialmente para la compra de pañales y toallitas húmedas para su retoño porque eso no lo puede adquirir con el PAN que solo incluye alimentos.

Al momento, reside en la casa de una persona de su misma nacionalidad, que como viaja mucho le dejó una habitación y ella se encarga de mantener la casa al día. No obstante, desconoce el tiempo que pueda quedarse ahí porque no sabe los planes del dueño de la propiedad.

Al preguntársele qué necesita, sin pensarlo respondió cosas para su bebé como: pañales, ropa, zapatos y algún juguetito. Aprovechó para agradecer a Cáritas que en los últimos meses le ha provisto de ropa y pañales para que su hijo no pase necesidad. También, dijo que no le vendría mal una nevera, una estufa y un aire acondicionado pequeño o un ababico, así como lo que las personas deseen donarle.

Si desea cooperar puede llamar a Cáritas P.R. al 787-300- 4953 o envíe su donativo especificando en el sobre: Consuelo Daguin, P.O. Box 8812, San Juan, Puerto Rico, 00910-0812

Camille Rodríguez Báez
Twitter: @CamilleRodz_EV
c.rodriguez@elvisitantepr.com

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