No te expongas innecesariamente a los golpes que se reparten aqui y alla; no te cueles donde no te llamen, a menos que soliciten tu presencia y puedas ayudar; no metas la nariz en asuntos que son de incumbencia ajena; no provoques a los demás ni añadas leña al fuego devorador; no acumules más fardos sobre las espaldas cuando apenas logras sostener el peso que te oprime; no pierdas el tiempo dando vueltas inútiles y empujando norias estériles; no escuches ni escupas palabras vanas que sólo crean confusión y angustia… Porque después te arrepentirás y recibirás tu salario merecido. Y perderás el derecho a extrañarte en el caso de que te fuera tan mal en la feria de los locos.
Aníbal Colón Rosado
Para El Visitante