Segundo de la serie: Crónicas de la Misericordia

La primera historia de la Serie “Crónicas de la Misericordia” la compartió Annabelle Ruiz Román, esposa de Oscar “Caly” Hernández por los pasados 30 años. Ambos naturales de Quebradillas, pero residentes de Trujillo Alto, hace 28 años y desde ese entonces, hijos de la parroquia La Gruta de Lourdes. En 2012 fueron unos de los fundadores del grupo Apóstoles Eucarísticos de la Divina Misericordia de su parroquia, y por ende en su hogar se convirtieron en devotos de la Divina Misericordia. Curiosamente ese mismo año fue el primer diagnóstico de cáncer de Oscar, cáncer colorrectal.

Caly fue operado y tratado con éxito para aquel entonces. La experiencia de La Misericordia Divina fue experimentada por esta familia en todos los aspectos a través de los años de matrimonio, pero cuando Oscar fue diagnosticado con metástasis en el 2015, aprendieron a vivir para la Misericordia.

Como familia, la Misericordia se transformó en indulgencia que los capacitó para crecer en el amor a Dios y amor a Su Voluntad. En esta travesía, Caly escribió el libro Vivir con cáncer, repleto de reflexiones que impactó tanto a sobrevivientes como cuidadores. En el libro Caly narró la dura experiencia de la enfermedad, pero recomendó nunca perder la confianza en Dios, la esperanza y la fe para continuar con la vida.

Annabelle recordó que: “En ocasiones pensamos que la oración sirve para sanar. Y nos volcamos en una carrera sin pausa, sumergidos en oración a cambio de milagros, de sanación física. Sin entender, que el milagro mayor es la salvación”.

Continuó diciendo que: “Nos encerramos en el cuarto para hacer los turnos de cuido de Oscar esa noche. No podíamos monitorear su oxigenación, así que teníamos que estar bien pendientes a su respiración. Así las cosas… comenzamos por hacer el Rosario. Él nos acompañó rezando. Después de terminar el Rosario nos disponíamos a rezar La Coronilla a la Divina Misericordia, cuando nos dijo: ‘Acomódenme bien para rezar la Coronilla’… Rezamos y luego oramos… dimos gracias a Dios por todo, por la vida, por nuestro matrimonio, por nuestros hijos… le dimos gracias a Dios por la enfermedad, porque gracias a ella conocimos Su amor sin límites, su gracia… Agradecimos Su Presencia cada día… y a todo esto Oscar respondía: ‘Gracias Señor, gracias Señor”. Entonces comenzó a decir: “Jesús en ti confío… Jesús en ti confío… Jesús en ti confío… hasta que tranquilamente dejó de respirar.

Annabelle afirmó que esto es solo un “pequeño” ejemplo sublime y perfecto de lo que se trata La Misericordia de Dios, una despedida llena de las Promesas de Jesús, en paz y amor repleto.

Jesús preparó a Annabelle para que se llenara de fuerza y compartiera el testimonio por primera vez luego que Caly partiera a los brazos de Jesús. Sus promesas no son casualidades, son Diosidades, son promesas que se cumplen y que prometen cambiar vidas. Se cumplió el propósito. ¡Jesús en ti Confío!

Dra. Maricelly Santiago Ortiz
Para El Visitante

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