“Camina, escucha su voz y habla claro” fue el lema del Día Nacional de la Juventud que este año motivó a más de 500 jóvenes a celebrar en grande su jornada con alegría y llevar un mensaje contundente: la juventud católica está más activa que nunca. Luego de pasar dos años encerrados tras la pandemia, tomando charlas virtuales y realizando actividades a través las redes sociales, la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de Puerto Rico se dio a la tarea de organizar una fiesta para todos los jóvenes de las seis Diócesis de la Isla. Dicha actividad se llevó a cabo el pasado sábado, 13 de agosto de 2022 en la comunidad de Punta Santiago en Humacao. 

Acompañados por el Obispo de Fajardo-Humacao, Mons. Luis Francisco Miranda, O. Carm., sacerdotes, diáconos, religiosos y consagrados al Señor, los jóvenes comenzaron su día en la cancha del Programa de Educación Comunal de Entrega y Servicio (PECES) de Punta Santiago. Antes de comenzar oficialmente con la actividad, los allí presentes tuvieron la oportunidad de confraternizar y compartir con las diferentes órdenes religiosas y consagradas en una “Feria Vocacional”. Como parte de la iniciativa juvenil, al llegar y hacer su registro se le entregaba a cada joven un “pasaporte” que debían “ponchar” en cada puesto vocacional, y al completarlo recibían como regalo un libro de la Doctrinal Social de la Iglesia, mejor conocido como DOCAT. 

Con recogimiento y adoración, pasadas las 10:30 de la mañana hizo su entrada el Santísimo Sacramento, quien permaneció durante toda la mañana. Unos minutos después, los jóvenes comenzaron su procesión rumbo al Muelle de Punta Santiago dirigidos por Jesús Eucaristía, y seguidos por la imagen de la Virgen de Guadalupe y del Beato Carlos Manuel, patrón de la juventud boricua. Así mismo, también portaron los signos de la Pastoral Juvenil Latinoamericana y la bandera de Puerto Rico. La caminata duró aproximadamente una hora. Durante la misma, cantaban, tocaban instrumentos y sonreían a quienes los veían avanzar hacia la costa por las calles humacaeñas. Impresionaba ver tantos jóvenes llenos de la alegría del Resucitado, sin importar el fuerte sol del mediodía. 

Al llegar al muelle junto a la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen, el Obispo bendijo a los presentes con el Santísimo. Acto seguido, comenzó lo que llamaron el Festival de la Juventud con música, baile, venta de refrigerios, comida y artículos religiosos. Muchos se dispersaron para buscar sombra y otros para hidratarse o asegurar su almuerzo. El sol azotaba, pero la brisa refrescaba como bendición del cielo. 

Al mismo tiempo que transcurría la actividad, al centro de todo, se encontraba algo muy particular. Se trataba de un espacio para la expresión y reflexión sobre los diferentes modelos de santidad puertorriqueños: el Beato Carlos Manuel, Madre Dominga Guzmán, Madre Soledad Sanjurjo Santos, el Maestro Rafael y Monseñor Romualdo. Cada joven tuvo la oportunidad de pasar por cada uno de los cinco lugares para escribir algo, reflexionar sobre lo que allí decía y aprender un poco más sobre la persona. De igual forma, entre cada presentación artística se exponía una breve historia de cada uno. 

La animación estuvo a cargo de grupos y ministerios musicales de diversos puntos y parroquias de la Isla. Bomba, merengue, salsa, rap, rock y reggaetón católico, entre otros estilos musicales fue lo que allí escucharon cientos de jóvenes y adultos. Unos jugaban a la pelota, otros cantaban, y bailaban al ritmo de la música. De igual forma, las diócesis tuvieron representación por ministerios de danza que con sus alabanzas adoraron al Rey de reyes. 

El festival culminó a las 4:00 de la tarde con una plegaria a la Virgen del Carmen. Todos rezaron y cantaron al unísono a nuestra Madre, y transportaron sobre hombros lozanos la yola con la imagen hasta las aguas del este. Al entrar los jóvenes con la imagen al agua, todos gritaban: ¡viva María! ¡Viva Cristo Rey! 

El regocijo y compañerismo reinó durante toda la actividad. Unos se reencontraron con viejas amistades y otros hicieron amigos para siempre. La Pastoral Juvenil es propicia para hacer amigos y hermanos; también para las vocaciones. Por eso, es importante apoyar y avivar la juventud en cada una sus actividades y encuentros. ¡Que viva Jesucristo siempre joven! ¡Que viva la juventud puertorriqueña! 

Jorge L. Rodríguez Guzmán 

j.rodriguez@elvisitantepr.com Twitter: jrodriguezev

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