Con motivo de la celebración de la Semana del Ingeniero y Agrimensor, que comienza hoy y culmina el 25 de mayo, El Visitante entrevistó a Ángel Ramírez Morales, ingeniero industrial para conocer más sobre esta profesión.
Natural de Lajas, el egresado de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez (UPRM), compartió que la razón que lo llevó a estudiar ingeniería fue porque durante la escuela superior perteneció al grupo avanzado en ciencias y matemáticas. “Busqué más o menos una rama que tuviera que ver con ciencias y matemáticas en la que fuera bueno y entendí que podía ser la ingeniería”, dijo.
Desde ese momento hasta el presente han pasado 30 años de total entrega a este campo, enfocándose mayormente en la gerencia de proyectos de construcción y área de servicios.
Al preguntársele sobre las cualidades que debe tener un profesional en esta rama dijo que necesita “tener mucha creatividad, tiene que dominar la materia de la ciencia física y matemática, pero no se puede quedar ahí. También tiene que ir al campo de lo social, porque si se queda en lo técnico se quedará diseñando solamente. Para un ingeniero diseñar un proyecto tiene que interactuar con todas las disciplinas para trabajar en equipo. Otra cosa es que tiene que ser un buen líder”.
De acuerdo con Ramírez su profesión consiste en “optimizar los procesos con enfoque en tres áreas: la calidad del producto o servicio, el tiempo y el costo de los proyectos”. Asimismo, aseguró que, si tuviera que elegir una profesión volvería a ser ingeniero industrial, aunque la reforzaría con la tecnología, e indicó que a su juicio la palabra que mejor la describe es crear.
A lo largo de su carrera se ha desempeñado en proyectos de construcción de escuelas, sistema de acueductos, sistema de carreteras, entre otros. Sin embargo, precisó que uno de los mayores retos que tiene la profesión en Puerto Rico es la crisis económica, ya que hay que “lograr los mejores proyectos con el presupuesto disponible” que en muchos casos está limitado.
Según dijo, uno de los proyectos más retantes pero que más ha disfrutado fue el desarrollo de las instalaciones de los Juegos Centroamericanos Mayagüez 2010, entre los que estuvieron el estadio de pelota, el natatorio y las canchas de tenis dentro de la UPRM, y el Parque del Litoral. En esta ocasión trabajó en el área de permiso ambiental y planificación. “Aunque los retos fueron en el tiempo y el costo, lo más gratificante fue compartir y explicar mi faceta a los estudiantes y profesores”, expresó.
Una vez culminadas las labores del día, en su faceta como padre de cinco varones, contó que hasta la fecha Ángel, su hijo mayor de 23 años, siguió sus pasos. Con orgullo comentó que: “Es ingeniero eléctrico y está trabajando en Houston, Texas con la NASA. Los demás están en las ciencias naturales, aunque todavía falta uno por decidir, el más chiquito que tiene 15 años”.
Confesó que cuando recibió la noticia de la selección de su primogénito para participar del programa de internado fue un momento “bien emocionante. Yo trabajo muchos proyectos de infraestructura. Ese día estaba visitando una planta de Acueductos en Cidra y él me llama. Me dijo: ‘Papi, me aceptaron en un internado en Luisiana en NASA’. De la emoción no se me olvida dónde estaba en ese momento. Ya lleva 2 años trabajando como empleado permanente”.
De otro lado, compartió que el tiempo libre suele reservarlo para la familia. Comentó que: “Hacemos muchos roadtrips. Nos gusta visitar lugares alrededor de la isla, compartir con mis hijos en los deportes, y también con mi esposa Anabel”, con quien lleva 28 años de casado.
Asimismo, reveló que en Mayagüez conoció la obra del Opus Dei, pero fue en San Juan que tomó un retiro de silencio con ellos y aprendió que “Dios tenía que estar unido al trabajo también. El trabajo va unido con Dios y Dios va unido al trabajo. Lo veo como una unidad de vida”.
Desde 1997 va a misa diaria “y voy porque me hace falta, no por cumplir solamente. En la misa rezo por los proyectos, por la gente, ya me conocen. A veces le pido luz al Espíritu Santo cuando no salen las cosas o lo que salió bien lo llevo a la misa para dar gracias”.
Por último, exhortó a las nuevas generaciones a estudiar ingeniería porque “es una profesión que llena, el resultado se ve y puedes contribuir con la sociedad. En Puerto Rico hay mucha calidad de ingeniero, sería bueno que se queden aquí apoyando la reconstrucción del país”.
Nilmarie Goyco Suárez
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