Ciertamente hay momentos claves en nuestra vida en que uno experimenta el paso de Dios y la confirmación de nuestra identidad y misión presbiteral de cara a los retos y desafíos que enfrentamos hoy como Iglesia Puertorriqueña. Uno de esos momentos fue el que vivimos los Presbíteros de la Diócesis de Caguas, los días 10 y 11 de mayo de 2016 en Casa Manresa de Aibonito, nuestro segundo encuentro presbiteral en lo que va de año.
Con el deseo de dar continuidad a los trabajos del pasado encuentro y de ofrecer una palabra profética, de consuelo y ánimo a nuestro pueblo que sufre los embates de la dura realidad que nos ha tocado vivir, este encuentro tuvo como tema la reflexión pastoral sobre la situación social, política y económica de Puerto Rico. El tema fue escogido con miras a comprender nuestra realidad, iluminarla a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia y de documentos eclesiales recientes, y luego poder orientar a nuestros fieles de cara a las próximas elecciones generales.
Para lograr los objetivos del encuentro, los temas se dividieron en tres momentos: la exposición temática por parte de recursos invitados y también tuvimos un primer acercamiento al documento que contiene el discurso Refundemos a Puerto Rico del Arzobispo Metropolitano Mons. Roberto González Nieves, ponencia que él ofreció a estudiantes de la diáspora en New York en abril del presente año. Para el desarrollo temático del encuentro, contamos con la presencia de recursos expertos en la materia: el profesor, investigador e historiador Dr. Félix Córdova, quien estuvo a cargo de ofrecernos la perspectiva histórica de la situación actual que atraviesa el país; y también, el profesor y economista Dr. Francisco Martínez, quien estuvo a cargo de la dimensión económica, puntualizando datos más concretos, reveladores y muy interesantes.
La Eucaristía del encuentro estuvo a cargo del P. Israel Ramos, quien en su homilía presentó de forma genial y muy acertada la síntesis de los trabajos del primer día. Otro momento muy emotivo y refrescante fue el compartir que tuvimos el martes 10 de mayo en la noche, una suculenta cena y de fondo música jíbara, bohemia y trova, en vivo, con trovadores invitados de Morovis. El compartir fue dedicado a dos de nuestros hermanos sacerdotes: a P. Feliciano Rodríguez Domínguez, quien acaba de concluir sus funciones como Vicario de Pastoral luego de muchos años de excelente y ardua labor; y al P. Miguel Claudio, quien terminó a su vez su encomiable labor como Vicario de Pastoral Juvenil. A ellos, nuestra gratitud y nuestros mejores deseos en los nuevos escenarios de trabajo que ahora les tocan y que ya han asumido con la misma entrega y pasión que les caracteriza.
Sin duda alguna, fue un momento de gracia y bendición para todo el presbiterio de esta diócesis criolla con sede vacante, por lo que tampoco faltó la ferviente oración a Jesucristo Buen Pastor, Sumo y Eterno Sacerdote, para que pronto se nos nombre un obispo que por su santidad de vida y celo pastoral, nos apaciente con el corazón de Cristo.
Confieso que en mi oración personal, en más de una ocasión durante el mencionado encuentro, en mi corazón sacerdotal, rebozaban aquellas palabras del Papa Francisco al hablarnos de la Iglesia en salida y que muy bien expresó en La alegría del Evangelio. Porque somos una Iglesia en salida, Iglesia que primerea, acompaña, se involucra, fructifica y celebra. Doy gracias a Dios por esta Diócesis de Caguas y por su presbiterio, del cual soy parte, que se reafirma una vez más en su identidad ministerial y que desea con ardiente fervor hacer lo que nos toca hacer, bien hecho y con olor a oveja.
(P. Ángel Luis Cintrón Ortiz (P. Canito)