Júbilo, emociones y alegría fue lo que se vivió en la tarde del pasado domingo, 26 de febrero en la toma de posesión de Monseñor Eusebio Ramos Morales como Obispo de la Diócesis de Caguas.
Desde tempranas horas de la tarde cientos de fieles de la Diócesis Criolla, de Fajardo-Humacao y otros pueblos comenzaron a congregarse en la Catedral Dulce Nombre de Jesús de ese municipio. A las 3:00 de la tarde la Catedral estaba llena y los ujieres hacían malabares para evitar que más personas entraran a la iglesia. Los que seguían llegando ocuparon las sillas que se colocaron frente a la Catedral en la que a través de pantallas gigantes podrían ver todo lo que ocurriría dentro del templo.
Cerca de las 3:15 de la tarde el Ministerio de danza Divina Unción de la parroquia Santuario Divino Niño de Gurabo danzó dos melodías. Siguieron los trovadores Isidro Fernández y Casiano Betancourt, junto con Ramón Vázquez y su grupo que deleitaron a los presentes con música autóctona. Al escucharse los primeros acordes del cuatro y el repique del güiro provocaron que los presentes acompañaran el aguinaldo con sus palmas mientras los trovadores exponían su talento musical.
Cuando faltaban 10 minutos para las 4:00 de la tarde Mons. Eusebio llegó hasta la Plazoleta del Centro de Bellas Artes para encontrarse con un grupo de jóvenes de la Diócesis que lo esperaban con panderos, algarabía que caracteriza a una juventud feliz por contar con un nuevo Pastor. Entre los estribillos que cantaban estaban: “Voy Subiendo, voy bajando. Voy Subiendo, voy bajando, que ya tenemos Obispo y estamos celebrando, que ya tenemos Obispo y estamos celebrando”, entre otros temas que identifican a la juventud.
En su primer encuentro con los jóvenes, Mons. Eusebio se tomó el tiempo de saludar uno por uno al centenar de chicos y chicas que agitaban banderas rojas, azules, amarillas y violetas, colores que tiene cada zona en los que está divida la diócesis de Caguas. Antes de iniciar la caminata hacia la Catedral, Monseñor les dijo a los jóvenes que por su fe y esperanza podían ayudar a hacer un Puerto Rico nuevo y una nueva Iglesia viva y misionera.
“Les exhorto a comenzar con alegría los horizontes nuevos que juntos recorreremos de ahora en adelante. Con ustedes firmes en la fe anunciaremos el Evangelio”, expresó antes de iniciar la caminata de unas pocas cuadras hasta la Catedral. Cabe mencionar que Mons. Eusebio cargó durante el trayecto a pie, la cruz misionera de la Misión Continental. Mientras saludaba a las personas que encontraba a su paso.
Al llegar a la plaza de recreo Santiago R. Palmer, acompañado de los jóvenes, los fieles que ocupaban las sillas en la parte de afuera de la Catedral se contagiaron con la música y se levantaron de sus sillas para recibir a Mons. Eusebio.
Una guardia de honor de los Caballeros de Colón se apostó en las escalinatas de la Catedral para recibir al Obispo electo. En la entrada le esperaba también Mons. Roberto González Nieves, OFM, Arzobispo Metropolitano, el administrador diocesano, P. Antonio Cartagena y los miembros del Colegio de Consultores. El Obispo electo subió las escalinatas y se confundió en un abrazo con el Arzobispo. Acto seguido
Mons. Roberto le presentó al Rector y al Colegio de Consultores.
De inmediato, le presentaron un crucifijo. Mons. Eusebio se arrodilló lo besó y tomó agua bendita se asperjó a sí mismo y a todos los que estaban a su alrededor. Después entró a la Catedral y fue asperjando por la nave principal a los fieles.
Luego se dirigió al Santísimo para orar brevemente. “Haz puesto a este siervo pobre e indigno a dirigir esta diócesis. Ayúdame a hacerlo de la mejor manera. Que tu pueblo se distinga por llevarte siempre en su corazón e inspíralos para que a través de tu Palabra aprendan a conocerte para amarte más”, rogó.
Continuó diciendo: “Es un don que me hayas aceptado, te devuelvo lo que un día me confiaste y es tuyo. Gobiérnalos según tus designios y cúbrelos con la diestra de tus alas”. Al concluir fue a revestirse para regresar a la entrada de la iglesia para la procesión.
Cabe destacar, que todos los miembros de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP) estaban presentes al igual que los Obispos Eméritos de la Diócesis de Caguas y Ponce. Mons. Enrique Hernández y Félix Lázaro Sch.P, respectivamente. Igualmente, dijo presente el presidente de la Conferencia Episcopal de República Dominicana, Mons. Nicanor Peña así como el Diácono y Secretario del Delegado Apostólico, Mons. Jude Thaddeus Okolo.
Padre Jorge Cardona, dio lectura de la monición y el coro entonó el himno mientras un grupo de sacerdotes de la Diócesis de Caguas participó de la procesión de entrada. Los Obispos de la CEP se detuvieron para felicitar a Mons. Eusebio y se confundieron en un abrazo fraternal con su homólogo que no paraba de sonreír.
Mons. Roberto incensó el altar, a los fieles y a la imagen de la Virgen del Carmen. A las 4:40 de la tarde volvió a tomar la palabra para agradecerle al Papa Francisco la designación de Mons. Eusebio como el nuevo Obispo para la Diócesis criolla y las gestiones que hizo el Delegado Apostólico para que se nombrara un Obispo para Caguas.
“Felicitamos a Mons. Eusebio por su nombramiento como Obispo. Sabemos que tendrá mucho éxito en su labor pastoral porque tiene un corazón de pastor. Hijo fiel de su Iglesia que está dispuesto a trabajar arduamente por esta Diócesis y su gente”, expresó. Del mismo modo, aprovechó para saludar a los Obispos presentes y recordó a Mons. Rafael Grovas (QEPD), primer Obispo de la Diócesis de Caguas.
“No necesitamos un Obispo que se agobie, sino que se preocupe de su pueblo. Agradezcamos a los Obispos predecesores de esta Diócesis por su celo pastoral. Nunca se cansen de orar por su Obispo porque aunque la sabiduría se la da Dios, el afecto y el cariño se lo da su grey y eso es muy importante”, concluyó su mensaje coreando seguido de los cientos de fieles que se dieron cita en este acto: “¡Que viva la Diócesis de Caguas! ¡Que viva María! ¡Que viva la Catedral Dulce Nombre de Jesús! ¡Que viva Jesús!”.
De inmediato, se presentó al representante de Mons. Okolo, el diácono José Hernández, que leyó una carta de parte del Delegado en la que se excusó por no estar allí por otros compromisos. “Comparto su alegría y bendición al momento de acompañar a su nuevo Obispo. Agradezco sus oraciones durante el tiempo que hemos caminado juntos buscando la voluntad de Dios. Hoy como hace 2 mil años, Jesucristo sigue llamando otros pescadores de hombres para que asistan a la evangelización del mundo… Esta vez el llamado toca a Mons. Eusebio. […] La gracia de Jesucristo atrae misteriosamente el corazón de los hombres y los transforma como ocurrió con los primeros discípulos”, decía la carta.
El diácono continuó leyendo: “Aquí está uno que goza de la confianza de la Iglesia y que puede guiar este pueblo. Con Mons. Eusebio ustedes no quedarán desamparados”. Igualmente, en su carta Mons. Okolo agradeció a los Obispos de Puerto Rico y a P. Antonio Cartagena que fungió como administrador diocesano.
Más tarde, le correspondió el turno a P. Antonio Cartagena que hizo un resumen de todo lo que hizo en el año que estuvo como administrador diocesano de la Diócesis.
Acto seguido el canciller P. Ángel Molina procedió a presentar las Letras Apostólicas al Colegio de Consultores. Uno a uno verificó que el documento estaba firmado por el Papa Francisco y tenía el sello oficial de la Santa Sede. Después P. Ángel dio lectura del mismo.
“Buscando un hombre experimentado en la pastoral hemos pensado en ti venerable hermano, que cuentas con las cualidades humanas, espirituales e intelectuales, teniendo en cuenta tu labor sacerdotal y episcopal en la Diócesis de Fajardo-Humacao que antes se te encomendó y la tarea que con tanto esmero has realizado en la CEP. Te consideramos apto para asumir esta nueva encomienda. Por consejo de la Congregación para los Obispos y por nuestra potestad apostólica, liberado de tu compromiso anterior de la Diócesis de Fajardo-Humacao te nombramos Obispo de la Diócesis de Caguas”, palabras que provocaron un gran aplauso entre los cientos de fieles que llenaron la catedral.
El coro cantó el estribillo de la canción Demos gracias al Señor. Mientras le colocaron a Mons. Eusebio, la mitra, el báculo y pasó a sentarse en la cátedra episcopal. Luego el clero de la Diócesis se acercó para saludar al nuevo Obispo de la Diócesis, así como un grupo de religiosas y laicos para manifestarle su obediencia, reverencia y afecto.
Padre Raúl Morales leyó una carta de agradecimiento en la que explicó que los clérigos de la Diócesis de Caguas le enviaron una carta al Papa Francisco el 2 de febrero de 2016 en la que muy respetuosamente y con el mayor sentido de fidelidad, le solicitaban al Santo Padre que el Obispo que nombrara para esa diócesis (Caguas) fuera puertorriqueño y preferiblemente de la diócesis.
“Exactamente un año después se anunció que Mons. Eusebio sería el Obispo de Caguas. Mons. Eusebio nació en Naguabo, se formó en nuestro seminario, aquí se ordenó sacerdote, aquí comenzó su ministerio sacerdotal. Cuando lo ordenaron a la diócesis de El Yunque ganaron un obispo misionero. Después de varios años hoy lo recibimos como pastor y como amigo”, expresó.
Añadió que: “Mons. Eusebio has retornado a nuestra diócesis en la que muchas de nuestras familias viven la desesperación y la angustia de luchar para sobrevivir ante la crisis económica, social y política que se vive. En nombre de toda la Iglesia de Caguas queremos decirte que estamos dispuestos a poner el hombro junto contigo bajo el yugo suave del Evangelio. Siempre vas a contar con nuestro compromiso”, lo que nuevamente generó aplausos entre los presentes.
Aproximadamente a las 5:30 de la tarde concluyó la ceremonia de toma de posesión y la misa continuó como de costumbre con Mons. Eusebio presidiéndola.
Durante su homilía, el ahora Obispo de Caguas nuevamente agradeció a sus homólogos por estar allí y agradeció a Dios por su ministerio episcopal: “A Dios sea la gloria”. Al iniciar este oficio ministerial le pidió a la Virgen María que lo acompañe en esta nueva encomienda.
“Cuando estábamos a punto de arrancar una nueva etapa en la Diócesis misionera de Fajardo-Humacao, Dios tenía otros planes para mí. Llegué a la Diócesis que me vio nacer, crecer en el ministerio sacerdotal. Llego con el corazón en la mano y como decía Isaías: ‘Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad’. Me presento con mis debilidades y fortalezas con la fuerte convicción de que el Señor me va a acompañar siempre”, dijo.
“Asumo esta encomienda consciente de que la Iglesia está es un estado de misión permanente. En el que muchas familias están atribuladas por la desesperación. En medio de esta sociedad la Iglesia está llamada a despertar a la fe para producir frutos. Este pueblo nació cristiano y albergamos ese anhelo de libertad, solidaridad y fraternidad. Tenemos la responsabilidad de acompañar a los que sufren, a los pobres, a los niños maltratados, a los que se les niega la oportunidad de trabajar y tienen que migrar, a nuestros envejecientes, en fin, a todo el que lo necesite”, dijo con tono enérgico.
Para concluir la homilía, afirmó que hay mucho trabajo por hacer en la Diócesis por lo que instó a los fieles a colaborar para realizarlo. “Los acompañaré unas veces de frente, otras en el medio y otras veces atrás, pero siempre con un corazón lleno de amor. Les pido sus oraciones para esta nueva encomienda que comienzo hoy”, nuevamente se escuchó un fuerte aplauso.
Como parte de las ofrendas además de presentar el pan y el vino se entregó una bandera de Puerto Rico, un cuadro del beato Carlos Manuel Rodríguez, un mapa de la Diócesis, el plan pastoral y una familia en representación de todas las que forman parte de la Diócesis.
Luego de la distribución de la Eucaristía, un grupo de madres de diferentes grupos se unieron a Mons. Eusebio para entregar una ofrenda floral a la Virgen. El nuevo Obispo se arrodilló y oró ante la imagen pidiéndole que lo ayude en esta nueva encomienda.
Antes de la bendición final les dijo a todos los vicarios y coordinadores del clero que continúan en sus cargos hasta nuevo aviso. Llamó a P. Antonio para decirle que tenía un nuevo cargo para él. De inmediato el canciller, P. Ángel dio lectura del nombramiento de este como Vicario General comenzando el 26 de febrero hasta esa misma fecha en el 2018.
Por último, pidió calma y paciencia a los fieles de la Diócesis. “Como todos saben soy Administrador Apostólico de la Diócesis de Fajardo-Humacao y tengo que continuar trabajando allá también. Tenemos mucho trabajo y en abundancia así que comencemos de inmediato”, nuevamente los aplausos no se hicieron esperar.
Cabe mencionar que el alcalde de Caguas, William Miranda Torres participó de la Misa y le entregó un obsequio al nuevo Obispo. También estuvieron presentes los representantes José “Connie” Varela y Jesús Santa Rodríguez.
Para la bendición, final Mons. Eusebio les pidió a sus hermanos Obispos que la impartieran con él.