Las Hermanas Dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Fátima son una congregación religiosa puertorriqueña, afiliada a la Orden de Predicadores, que nació en Yauco, Puerto Rico el 3 de noviembre de 1949. ¿Quién fue su fundadora y cuál es su carisma y misión?
La familia a Cristo
En diálogo con este semanario, Sor Margarita Mangual Colón, O.P., priora general de las Hermanas Dominicas de Fátima, narró que la congregación fue fundada por la Sierva de Dios Madre Dominga Guzmán Florit, O.P., quien nació en Río Piedras el 3 de septiembre de 1897 y falleció el 16 de enero de 1993, a los 95 años de vida y 79 de religiosa.
Llevar a Cristo a la familia y la familia a Cristo es su lema de vida. “Nacimos para servir a la familia”, añadió la priora general. Su carisma fundamentalmente consiste en visitar los hogares en las comunidades en las que se encuentran en Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y Estados Unidos. Además, colaboran con las parroquias en diversos servicios y ofrecen, en sus cinco centros o institutos, una atención directa al individuo, las familias y la comunidad a través del trabajo religioso-social con cursos o talleres vocacionales y profesionales, entre otros. Estos centros están en Yauco, Guánica, Maricao y Ponce; algunos con más de 30 años de servicio. El Centro Madre Dominga – Casa Belén ofrece también servicios para mujeres con necesidades y situaciones sociales a las que les brindan asistencia de rehabilitación.
Por otra parte, algunas de las hermanas sirven en otras encomiendas: en la Oficina de Catequesis, la Oficina de Medios de Comunicación Social (OMECOS) y junto al Obispo de la Diócesis de Ponce, al igual que con la Pastoral Universitaria de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (Recinto de Ponce), entre otros. “Donde hay una familia, allí nosotras estamos”, amplió.
Asimismo, por más de 53 años, también se han dedicado a la elaboración de formas que son destinadas únicamente a las parroquias, tanto de la Isla como del estado de la Florida, para la consagración y distribución a los fieles en la Santa Misa. En dicho taller laboran religiosas y laicos.
El llamado final de Mangual Colón fue a la oración a Dios por intercesión de Madre Dominga, para que las gracias sean concedidas y al menos haya un milagro aprobado. Así su proceso de beatificación avanza y “podemos tenerla en los altares como apóstol de la familia y modelo de fe”. Además, invitó centrar nuestra vida y familia en Dios y “agarrarnos bien de la Virgen, ofrecer el rezo diario del Santo Rosario por las familias, nuestra conversión y la paz”. Como decía la Sierva de Dios Madre Dominga: “que cada familia sea un templo donde Dios reine”.
Jorge L. Rodríguez Guzmán
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