(Segundo y último artículo)

Estas fueron las palabras que cambiaron el rumbo de Margarita Miranda. Llegar a Tierra Santa es para muchos el sueño de su vida. Conocer por dónde caminó, predicó, murió y resucitó nuestro Señor nos afianza la fe. Para Margarita Miranda, Propietaria de Miranda Travel, fue determinante su primera visita al Santo Sepulcro en el 1983. Es allí donde tuvo una intensa confirmación de que su matrimonio civil la alejaba de los sacramentos y de la comunión con Dios por lo que tenía que dar un giro de 180 grados a su vida, pues en su caso el Señor seguía esperando por ella.  

Cuando regresa a Puerto Rico y se divorcia, comienza a asistir a misa diaria y a comulgar, sin embargo, todavía sentía que faltaba algo. Un día salió a despejarse y sin darse cuenta llegó a la Iglesia San Agustín en Puerta de Tierra en donde se realizaba un retiro sobre el perdón. Cuando se detuvo en la puerta escuchó que las palabras iban dirigidas hacia ella, pues la prédica abundaba sobre el proceso de aprender a perdonarse a uno mismo. Inmediatamente identificó que eso era lo que le faltaba en su proceso y decidió participar en el retiro que ofrecía Monseñor Gilberto Zuluága Betancourt, quien acabó siendo su director espiritual, amigo y mentor.

Como las cosas del Señor son misteriosas, al finalizar el retiro Mons. Zuluága solicitó a los presentes que le refirieran alguna agencia de viajes porque deseaba organizar una peregrinación a Buga, Colombia, para llegar al Santuario del Santo Cristo de los Milagros. Margarita tímidamente alzó la mano y de este modo comenzó a conocer todo lo relacionado con las Peregrinaciones Religiosas.  “Recuerdo que llevamos 2 autobuses llenos de peregrinos a Buga y luego montamos la ruta de Tierra Santa y también llevamos 2 autobuses a capacidad. Aprendí mucho de Mons. Zuluága y sobre todo me dejé dirigir espiritualmente. Ahora miro hacia atrás y veo la mano de Dios en todo mi proceso”, indicó la experimentada directora de peregrinaciones.

Ante la pregunta sobre la diferencia principal entre un viaje cultural-religioso y una peregrinación religiosa ella respondió: “Una peregrinación religiosa debe llevar un sacerdote dispuesto a celebrar misa diaria para que los participantes puedan comulgar diariamente. De este modo, esa presencia divina prevalece en la experiencia del peregrino, penetra de otra manera en el corazón de la persona, pues es Jesús Sacramentado quien nos acompaña durante toda la experiencia. Esto amplia la peregrinación y la lleva a su máxima expresión. En Miranda Travel llevamos al peregrino a que pueda sentir lo mismo que sintió el paralítico cuando sus amigos lo bajaron en la camilla y lo pusieron frente a Jesús. Cuando llevamos a un grupo a cualquier destino en peregrinación siempre le digo: bueno Señor aquí te los entrego, sigue Tú el proceso”. 

Seminaristas, sacerdotes, religiosas y miles de laicos han participado de las peregrinaciones religiosas que esta apasionada mujer ha organizado. Cuando le preguntamos por los frutos de su misión los resume diciendo: “la misión no termina nunca, continúa en proceso”. 

Vivian Rivera Colón

 Para El Visitante

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