“Algunos dicen que Dios le da a la gente unos dones para que los desarrolle y puedo decir que afortunadamente ese es mi caso”, con esa premisa José “Joe” Bruno contó cómo llegó a ser narrador de carreras de caballo en el Hipódromo Camarero en Canóvanas. A los dones que se refiere el también periodista es la capacidad que tiene de narrar rápido, pero de forma tan articulada que garantiza la claridad de sus palabras.
Enmarcado en la semana del hipismo que se celebra del 10 al 16 de junio en Puerto Rico, El Visitante conversó con Joe para conocer los pormenores de su profesión. Tarea que como él mismo reconoció es una en la que no se puede permitir que la acción supere la narración. “No es narrar rápido, sino que vayas a la par con la acción que está ocurriendo. Un caballo puede estar al frente los primeros 100 metros de la carrera y de repente a los 150 metros sea otro el que va al frente. Tienes que estar encima de la acción, por eso el estilo es rápido”, destacó quien fue comentarista deportivo en la televisión comercial.
Señaló que la narración de cada carrera dependerá de la distancia, porque eso establece la duración de la misma, así como de la cantidad de equinos que participan. “Estos dos elementos determinan si se puede ir más relajado al principio o si hay que ir rápido desde el inicio. La descripción de los caballos dependerá de la cantidad. Si son muchos, se limita a mencionar los primeros cinco, según vayan cambiando de posiciones. Es una dinámica que hay que practicar mucho”, comunicó.
Ante ese hecho, compartió que es importante familiarizarse con los nombres de los equinos que muchas veces, tienden a ser un poco raros. “Es vital saber la pronunciación exacta para hacerlo lo más preciso posible. Hay que conocer las distancias, los postes marcadores en la pista. Memorizo los nombres de los caballos y los relaciono con los colores de la camisa que utiliza el jinete porque esto me permite seguir la acción. Si uno se entretiene mirando la carrera y buscando los nombres en el papel corres el riesgo de perderte”, aseveró.
Relacionado con los colores de las camisas que utilizan los jinetes detalló que el color es representativo del establo al que pertenece el caballo. Esto porque cada establo tiene su camisa, su color y sus diseños.
De otra parte, cuando se le preguntó cuáles fueron sus primeros pasos en este deporte que tiene muchos fanáticos en especial en el área metropolitana y este del País, afirmó que su padre ha sido hípico toda su vida y el hecho de haberle acompañado, desde que tenía 10 años, al Hipódromo El Comandante, como se llamaba antes, le permitió relacionarse con el deporte.
“Le fui tomando el gusto a la acción, a la velocidad, al colorido de las carreras porque los jinetes usan unas camisas con colores llamativos y eso capta la atención de cualquier niño. Un tío mío que también es hípico me enseñó a interpretar el programa oficial de las carreras”, aseguró.
Relató que cuando comenzó la universidad en 1989 también se matriculó en un curso de locución porque quería combinar las comunicaciones con las carreras de caballo. Un día llegó en pon de Bayamón hasta el Hipódromo para visitar el área donde se trasmitían las carreras. El mantenedor de ese momento le permitió presentarse y comentar algo de sobre ellas. Cuando Joe se despidió este lo invitó a que regresara. Demás está decir que al próximo día allí estaba el joven con hambre de aprender lo que le apasionaba. Trabajó por 4 meses sin paga y luego surgió la oportunidad para ser el maestro de ceremonia de premiaciones especiales.
Mencionó que “en la primera ceremonia de premiaciones el relacionista público del Hipódromo me preguntó si me gustaría aprender a narrar carreras. Él no sabía que hacía tiempo yo practicaba en mi casa, le dije que sí y me puso a practicar con el que era anunciador en el Hipódromo. Más adelante tuve la oportunidad de cubrir por dos semanas al narrador oficial, lo demás es historia”.
Joe enfatizó que a pesar de que el huracán María ocasionó muchos daños en el Hipódromo Camarero y no fue hasta diciembre del 2017 que reiniciaron operaciones, los fanáticos del deporte, lejos de mermar están en crecimiento. Al final confirmó que “siempre tuve el deseo de ser narrador de carreras de caballo, pero visualizarme y tener la certeza que llegaría es bien difícil. He tenido la bendición de que puedo trabajar en lo que me atraía desde pequeño. Desarrollé unas habilidades basado en la práctica”.