Los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Puerto Rico expresaron su tristeza, hermandad, esperanza y gratitud ante la partida a la patria celestial de su hermano en el episcopado.
Mons. Roberto O. González Nieves, OFM
Arzobispo Metropolitano
de San Juan
“A nombre de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Puerto Rico y de toda la comunidad católica de Puerto Rico y en nombre propio, expresamos nuestro profundo pesar al Obispo de Mayagüez, Mons. Álvaro Corrada del Río y a toda la Diócesis de Mayagüez, su clero, sus religiosas, religiosos, y fieles por la pérdida irreparable de su querido Obispo emérito quien pastoreó a esa Iglesia particular por 35 años”.
“Sabemos del gran cariño que el pueblo de Dios en la Diócesis de Mayagüez le profesaba al Obispo Casiano. Pude palpar el afecto que le tenían los fieles y los sacerdotes. Un afecto que surgía de la gratitud por su esfuerzo pastoral, por el estilo de vida ejemplar y por su don de gente. Pastoreó “con olor a oveja” para citar una frase del Papa Francisco. Mons. Casiano fue un incansable Obispo al servicio de la Iglesia y en fidelidad al Señor. Este afecto, ante la triste noticia de su fallecimiento, se acrecienta y se convierte en oraciones al Señor por el descanso eterno de su alma”.
Padre Obispo Rubén A. González Medina, CMF
Obispo de la Diócesis de Ponce
“Fue un gran amigo, se distinguió por ser un hombre de profunda fe, cariñoso, de gran cercanía para el pueblo. Amante de la buena música y sobre todo de una tierna y sólida devoción a la Virgen María, bajo la hermosa advocación de Ntra. Sra. de la Monserrate, cuyo Santuario -en Hormigueros- le gustaba visitar con frecuencia”.
“Con su pícara sonrisa y sus sanos chistes supo disfrutar y vivir a plenitud los momentos divertidos de la vida. Como Obispo supo conjugar la rectitud y la firmeza de un buen padre, con la ternura, la compasión y afabilidad de una buena madre. Espero volverme a encontrar con él en la Casa del Buen Dios. Descansa en Paz mi buen amigo y hermano”.
Mons. Daniel Fernández Torres
Obispo de la Diócesis de Arecibo
“Con profundo dolor pero con la esperanza del Resucitado recibimos la noticia de la partida a la casa del Padre de Monseñor Ulises Casiano Vargas. Además de ser nuestro hermano Obispo fue un gran pastor y un amigo. Le recuerdo con cariño, ya que fue nombrado Administrador Apostólico de la Diócesis de Arecibo cuando yo recién entraba al Seminario. Él fue quien me envió a estudiar a España. Cuando pasados los años me nombraron Obispo, le pedí que fuera uno de los tres Obispos consagrantes”.
“Sé que atendió nuestra Diócesis de Arecibo como Administrador Apostólico con mucho celo pastoral. Después que nombraron Obispo de Arecibo a Monseñor Iñaki Mallona, Monseñor Ulises y él procuraron siempre promover la fraternidad entre las dos Diócesis. Atesoramos la huella pastoral de Monseñor Ulises Casiano, nos unimos en oración por su descanso eterno y le pedimos que interceda desde el Cielo por su amada Iglesia en Puerto Rico”.
Mons. Eusebio Ramos Morales
Obispo de la Diócesis de Caguas y Administrador Apostólico de la Diócesis de Fajardo-Humacao
“Sabemos, por su fe y entrega cristiana, que Dios ahora le muestra su amor y misericordia, y le acoge para su descanso eterno. Nos unimos en comunión eclesial a esta amada Diócesis de Mayagüez, fundada y desarrollada bajo el pastoreo celoso y el servicio ejemplar de nuestro hermano, Mons. Ulises. Expresamos a S.E.R. Mons. Álvaro Corrada del Río, S.J., actual Obispo de Mayagüez, a sus familiares queridos y a esta Iglesia local del Oeste de Puerto Rico, nuestras condolencias y oraciones por el eterno descanso de Mons. Casiano”.
“Damos gracias a Dios por los sacerdotes ordenados bajo su ministerio episcopal, por el impulso y acompañamiento de las comunidades religiosas en la Diócesis, por la formación de los laicos que propiciaba con tanto empeño y por la animación pastoral y su presencia magisterial en cada una de sus comunidades parroquiales. ¡Gracias, Mons. Ulises Casiano Vargas, por ser servidor fiel y testigo alegre de Cristo Jesús! ¡Qué descanses en paz!”.
Mons. Álvaro Corrada del Río, SJ
Obispo de la Diócesis de Mayagüez
“Al fundar una Diócesis el primer Obispo tiene un cargo y un peso muy grande a sus espaldas en la misión apostólica. El Santo Padre Pablo VI, que va a ser canonizado, le encargó la fundación de esta Diócesis de Mayagüez. Mons. Ulises tenía un gran agradecimiento y amor por Pablo VI. Fue con el espíritu de Concilio Vaticano II que comenzó su obra fundacional en esta Diócesis. Esta obra la llevó a cabo mediante varias líneas, primero con un cuerpo presbiteral y diaconal fuerte. Fue capaz de atraer y formar vocaciones en esta Diócesis. Luego con el cuidado de la grey, de los fieles. Se dedicó completamente al laicado en su personalidad abierta, alegre y le valió una aceptación, popularidad y una capacidad de misión muy grande. Fue un Obispo misionero. Y adelantó el progreso de la Diócesis creando parroquias y capillas”.
“Finalmente, Monseñor Ulises fue un formador de formadores, fue un hombre de gran amor. Todo el liderazgo en la Diócesis se formó con él. Fue un hombre de acuerdos, de consensos y de bien común”.