“La persona prudente, construye sobre roca firme”.
Mateo 7,24s
Queridos hermanos y hermanas:
Jesucristo alaba a quienes, usando la virtud de la prudencia, edifican la casa, no sobre arena, sino sobre roca firme, acogiendo su Palabra. Nuestro pueblo puertorriqueño anhela esa estabilidad en estos momentos históricos, teniendo en cuenta el contexto de incertidumbre que nos afecta, luego de la crisis que han provocado los grandes huracanes, terremotos y pandemia; y también por la inestabilidad sociopolítica que causa la presencia de una Junta de Control Fiscal, los eventos que condujeron a la renuncia del gobernador tras el verano del 2019, los casos de corrupción que nos impactan de forma terrible y recurrente, y, en estos días, la crisis al interior del proceso de las primarias electorales.
Es loable el esfuerzo de todas las personas y entidades que intervinieron para producir un resultado que superara la triste situación del primer día de primarias, pero aún preocupa que no se haya identificado finalmente qué condujo a aquel disloque, ni quiénes son los responsables, adjudicando las correspondientes responsabilidades, para que no permanezca la sensación en Puerto Rico de que una irregularidad de esta magnitud quede impune, ni se mantenga una interminable impugnación de resultados. El primer día electoral pudo haber sido una situación caótica que condujera a la violencia, de no ser por la mesura de nuestro pueblo, que aportó con su civismo a que la crisis no se saliera de control.
Los partidos políticos en nuestro sistema democrático son expresión de las legítimas diferencias que existen en nuestro pueblo, pero deben anteponer el bien común por encima de sus intereses particulares una vez concluyen los procesos electorales. Hacemos, pues, un llamado a aunar esfuerzos por el bien mayor de nuestra gente, especialmente el de tantas personas que sufren las consecuencias del empobrecimiento y la inestabilidad social. La campaña política no puede nublar la vista ni distraer de la dolorosa realidad de quienes pierden sus hogares, empleos y esperanza, ni el desafío de levantar en unidad a un pueblo que ha perdido su estabilidad económica y muchas de sus facultades políticas.
Aprendamos de las lecciones que nos dejan los eventos acontecidos. Independientemente de quién haya resultado favorecido en los comicios, se debe procurar la estabilidad gubernamental hasta las elecciones generales, y también después, para no utilizar el debilitamiento de las instituciones como arma de ataque político. Cuando las instituciones se debilitan, se construye sobre arena.
Llamamos a que se tomen prontamente decisiones que corrijan los errores para que en las elecciones generales no suframos los disloques e incertidumbres a que nos expuso la pasada primaria.
Invitamos igualmente a los nuevos candidatos a que se crezcan como personas y ciudadanos, procurando la sabiduría y prudencia de quien edifica sobre la roca de valores sólidos. Que el diálogo genuino, aun entre facciones e incluso partidos distintos, nos conduzca a lograr una patria viable y firme. El momento histórico no es para acentuar los antagonismos, sino los consensos, buscando lograr “la función de síntesis y de mediación en vistas al bien común, que constituye una de las finalidades esenciales e irrenunciables de la autoridad política”[1]. Que los genuinos líderes huyan de la idolatría del poder, del fanatismo y de la tentación de la corrupción. Ojalá que los modos que se utilicen durante el proceso previo a la elección estén a la altura del gobierno que necesita nuestro atribulado pueblo.
Invitamos a nuestro pueblo a la reflexión, a suscitar espacios de diálogo, a la vigilancia de la pureza en los procesos, a reclamar sus derechos como votantes y, sobre todo, a asumir su conciencia ciudadana y política, que no se reduce a un ejercicio electoral[2], sino en el compromiso responsable por el bien común, todos los días de la vida, sabiendo que cada ciudadano tiene el derecho y el deber de “ser el autor principal de su propio destino”[3].
+Rubén A. González Medina, CMF
Obispo de Ponce y Presidente
Conferencia Episcopal Puertorriqueña
+Roberto O. González Nieves, OFM
Arzobispo Metropolitano de San Juan de Puerto Rico
+Eusebio Ramos Morales
Obispo de Caguas y Secretario y Tesorero de la CEP
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[1] Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia o CDSI, #409.
[2] Cf. CDSI, #191: “Una consideración cuidadosa merecen… posturas que llevan al ciudadano a formas insuficientes o incorrectas, y al difundido desinterés por todo lo que concierne a la esfera de la vida social y política; por ejemplo… la praxis de limitarse a la expresión de la opción electoral…”.
[3] San Juan XXIII, Mater et Magistra #151.