“No es que se deje de comer carne (roja) ni procesada, sino que hay que moderar el consumo de carne”, indicó la Dra. Vivian S. Green, decana asociada del Programa de Salud Pública de la Ponce Health Science University, en relación con el informe emitido por la Organización Mundial de la Salud tras clasificar las carnes rojas y procesadas como carcinógenos para los humanos.
Sin embargo, aclaró que: “Estos estudios no se originaron ahora, llevan mucho tiempo, y sobre esto siempre se han dado recomendaciones y son las mismas que se mantienen hasta ahora que es bajar el consumo”.
“No se debe dejar de consumir carne roja hasta que nos digan realmente unas recomendaciones porque también tienen unas virtudes, nos proveen proteína de buena calidad y hierro”, observó la doctora.
Si es de los que se pregunta si debe consumir más carne blanca que roja, sepa que todavía no hay información suficiente para determinar cuál producto es de mayor o menor riesgo para la salud.
Por su parte, la Lcda. Brenda Soltero, presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico enfatizó enfocarse en mantener un balance y moderación.
“Tenemos que buscar cuál es nuestro consumo como individuos y pueblo. Si me conozco y sé que me gustan todos estos alimentos procesados, tengo que hacer unos ajustes en mi conducta porque entiendo que hay unos productos que están a la par con el daño que haría un cigarrillo o el alcohol”, manifestó la licenciada.
No obstante, destacó que las carnes procesadas no tienen el mismo riesgo de peligrosidad que el daño que puede hacer fumarse un cigarrillo que ataca directamente las células del pulmón. Ya que, por ejemplo, para que una tocineta pueda provocar un daño similar la porción a comer tendría que ser considerable.
En esa misma dirección, ante el alto nivel de consumo que revelan los estudios, las expertas coincidieron en que la cantidad de carne roja a ingerir debe limitarse a porciones de 3 o 4 onzas (similar a la palma de la mano) 2 veces por semana.
Cabe señalar que quienes tengan condiciones cardiovasculares como diabetes o presión alta, deben considerar hacer modificaciones en la dieta, ya que se conoce que este tipo de carnes es alta en grasa.
Por último, tanto Green como Soltero exhortaron a llevar una dieta balanceada en la que estén todos los grupos de alimentos, incorporar productos frescos, aumentar el consumo de agua, ingerir fibras (obteniéndolas de granos enteros, vegetales y frutas), aumentar la actividad física, buscar mejores métodos de cocción como hervir y hornear en vez de freír, comer pescado (alta fuente de omega 3) y mantener un peso adecuado.