Si reside en el área norte o en la zona montañosa de Puerto Rico, específicamente en los pueblos de Comerío, Corozal y Naranjito es muy posible que haya visto un número mayor de personas con la condición de albinismo. Es decir, falta de pigmentación en la piel, ojos y cabello.
Según el Dr. Alberto Santiago Cornier, geneticista y catedrático asociado del Departamento del Programa de Salud Pública de la Universidad de Ciencias Aliadas de la Salud de Ponce, esto se debe a la falta de la sustancia que da color a esas estructuras, llamada melanina. “La falta de melanina se convierte por definición en albinismo”, sentenció.

Informó que hay varios tipos de albinismo, el más común es el albinismo óculo cutáneo (afecta la piel, los ojos y el cabello). No obstante, algunos puertorriqueños tienen el albinismo ocular (afecta únicamente a los ojos). “Las personas que tienen este tipo de albinismo no tienen pigmentación en la iris del ojo y sufren de nistagmos (movimientos rápidos e involuntarios de los ojos)”, explicó.

El también Jefe de la Sección de Genética del Hospital San Jorge en Santurce, señaló que aunque no puede precisar si Puerto Rico es ciertamente la cuna del albinismo, la incidencia de esta condición es bien alta cuando se compara con Estados Unidos. A juicio del galeno es probable que la razón se deba a los efectos fundadores.

“Cientos de años atrás hubo mutaciones. Por ejemplo, en Quebradillas en los años 1600 a 1700 no había mucha población, tampoco había muchos medios de transporte, por ende la gente empezó a casarse entre sí y así es como los efectos fundadores aumentan la incidencia. Realmente son poblaciones pequeñas aisladas donde empiezan a casarse vecinos con vecinos lo que hacen que la incidencia aumente drásticamente”, indicó.

Ciertamente, admitió que la Isla no cuenta con data sobre la cantidad de albinos que hay. “Si es obvio al momento del nacimiento, porque el niño o la niña nace con el pelo blanco o su piel es incolora, automáticamente esos datos pasan al Programa de Sistema de Vigilancia de Anomalía congénita. Sin embargo, aquellos que no se notan hasta que el infante tiene 6, 7 y hasta 12 meses, esos no se contabilizan”, opinó.

Del mismo modo, el Dr. Santiago Cornier precisó que esta no es una condición hereditaria. “El albinismo es autosómico recesivo, eso quiere decir que tanto papá como mamá tienen que aportar la mutación para que el niño la tenga”, sostuvo.

Recalcó que los hijos de un albino van a ser portadores del gen, pero ninguno va a tener la condición, a menos que el papá o el esposo de esa pareja sea albino y portador del gen también.

De otra parte, el geneticista detalló que la data sugiere que un 80 % de los albinos en Puerto Rico también desarrolla el Síndrome de Hermansky-Pudlak. “Los que tienen el Síndrome pueden sufrir problemas de sangrados, sus plaquetas no funcionan apropiadamente y presentan problemas de coagulación y por ende sangran más”, agregó.

Añadió que: “los pacientes del Síndrome también pueden presentar depósitos de sustancias llamadas ceroides que se acumulan en diferentes partes del cuerpo. En el pulmón puede causar cirrosis pulmonar, en el intestino provoca mala absorción a nivel intestinal y algunos pueden padecer fibrosis pulmonar, entre otras”.

Relacionado a las precauciones que deben tener las personas albinas al exponerse al sol, el experto manifestó que deben protegerse más que el resto de la población. “Deben usar protectores solares con 100 % de protección para disminuir el riesgo de cáncer en la piel”, comunicó.

A modo de conclusión, el Dr. Santiago Cornier enfatizó que las personas con  esta condición padecen problemas visuales. “Muchos tienen problemas de visión y es necesario que utilicen espejuelos con mucho aumento. La mayoría de ellos son a los que se llaman eventualmente ciegos”, sostuvo.

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