En la continuación de este reportaje especial acerca de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud, El Visitante trae a sus lectores un resumen de las catequesis y homilías ofrecidas por el Arzobispo Metropolitano de San Juan, Roberto O. González Nieves. Las mismas corresponden a las que ofreció el jueves, 28 de julio y el viernes , 29 de julio.
Celebración Eucarística: Jueves, 28 de julio de 2016
Mons. Roberto González Nieves reflexionó acerca de la parábola del hijo pródigo en el comienzo de su homilía, utilizando además como eje central el tema de su segunda catequesis en esta JMJ: “Dejarse tocar por la misericordia de Cristo”. Luego de explicar cómo el proceder del hijo menor y el hijo mayor en esta parábola, el Arzobispo puntualizó:
“Ambas actitudes no nos permiten vivir la alegría del Evangelio y, por ello, es que Jesús nos propone la figura del Padre, el gran protagonista de esta parábola. El Padre, no solo va al encuentro del hijo perdido, alejado y “muerto a la vida”, sino también va al encuentro del hijo que aunque sabe obedecer, no sabe ser hermano, aunque presente en la casa del padre, alejado de su corazón misericordioso. […] Como en la parábola de hoy, Dios siempre sale a nuestro encuentro, no con violencia, ni ira, ni juicios ni prejuicios, sino con su ser amoroso, con su corazón misericordioso, y con la ternura de su Palabra”.
Concluyó haciendo referencia a la bula Misericordiae Vultus y a la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, ambas de Papa Francisco puntualizando que ningún corazón puede estar tan alejado del Padre como para no ser tocado por su misericordia.
Tercera Catequesis: Viernes, 29 de julio de 2016
Esta tercera catequesis tuvo como tema: ¡Señor, hazme un instrumento de tu misericordia! En la misma el Arzobispo de San Juan propuso hacer su reflexión mediante el método de ver, juzgar y actuar.
Acerca del primer inciso del método, ver, Monseñor González Nieves preguntó: ¿Qué vemos, es decir, qué leemos o hemos escuchado? Y esto utilizando como pasaje bíblico base el capítulo 25 de San Mateo, que presenta el discurso de Jesús sobre el final de la historia. El mismo contiene tres escenas con el propósito de manifestar la verdad sobre el Reino de Dios. Y al respecto, explica:
En el juicio definitivo y último que el Señor hará de toda la humanidad (y de cada uno en particular) lo que contará será la actitud de amor o indiferencia de cada uno hacia cualquier ser humano necesitado. El mensaje definitivo que el evangelista dirige […] es que lo que hacemos a los más necesitados se lo hacemos al mismo Dios porque Él se ha identificado totalmente con ellos.
El Arzobispo continuó su reflexión homiliética focalizando sobre cómo podemos juzgar estas palabras de Jesús, sirviéndose de lo que el Papa Francisco nombra como “el protocolo de nuestro juicio”. Y lo sintetizó de esta manera:
“Es como si Jesús nos dijera que lo que nos separa de esta vida y la vida eterna es la caridad, fruto del encuentro personal y vivo con Él. Es como si Jesús nos dijera: no se puede ser buen cristiano sin ser buen prójimo o que no se puede ser auténtico cristiano sin ser misericordioso”.
Sobre el tercer punto, actuar, Mons. González indica que es resultado de ese juicio misericordioso. Utilizando el Evangelii Gaudium se dirige a los jóvenes diciéndoles que ese ha sido el propósito de Dios al crearles: para que sean el rostro de su misericordia. Para ejemplificar lo anterior les habló de la vida del Beato Pier Giorgio Frassati.
Concluyó el Arzobispo de San Juan su homilía haciendo alusión a lo que han hecho los jóvenes en la Iglesia y a San Francisco de Asís:
“La juventud ha hecho maravillas en la Iglesia y ese espíritu, ese legado no se puede perder ni olvidar. Miren de lo que fue capaz de hacer un joven de Asís. Como decía el Papa Francisco, atrévanse a ir contracorrientes en el mundo actual. Sean apóstoles de la misericordia, sean guardianes de sus hermanos y hermanas, aunque no los conozcan, sean salvadores y no acusadores, y, en sus trabajos y quehacer humano, sacien el hambre, no las promociones. Trabajen por la paz, por la cultura del amor, del encuentro y la vida”.
Celebración Eucarística: Viernes, 29 de julio de 2016
En esta homilía Mons. Roberto González hizo, en primer lugar, una síntesis de las tres catequesis que ofreció durante la JMJ. Al respecto, preguntó de qué valía que este sea un tiempo de misericordia (haciendo alusión a su primera catequesis) si la persona no se deja tocar por la misericordia de Cristo (2da catequesis). Y contesta haciendo referencia además al versículo del Evangelio de San Juan [La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron… Ella (la Luz) estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció (Jn. 1, 5. 10)]. No solo basta con dejar tocarse por la misericordia divina –dice el Arzobispo- sino que debemos practicar la misericordia y transformarnos en instrumentos de su misericordia (3ra. Catequesis).
Luego Mons. González Nieves presenta a María como ejemplo de esta vivencia misericordiosa y como modelo para la juventud. María siempre mira al más necesitado, indicó y después hizo referencia a esa fe en salida y al encuentro del hermano que Papa Francisco enseña el Evangelii Gaudium.
En la conclusión de la homilía el Arzobispo de San Juan se dirigió a los jóvenes de esta manera: “Caminen, sin desanimarse, hacia Cristo, construyendo su reino aquí en la tierra como en el cielo”.