Sexto de la serie: Crónicas de la Misericordia
En la continuación de la Serie Crónicas de la Misericordia conocerán el testimonio de un matrimonio de Coamo que han sido devotos de la Misericorida a través de su servicio al prójimo y a los pacientes de cáncer del área sur de Puerto Rico.
Julio Colón Rivera y Ester Robles Cruz relataron que desde que sus hijas eran pequeñas les gustó servir al necesitado, pero desde que encontraron los caminos del Señor, el servicio al prójimo se convirtió en un estilo de vida para ellos. Esta pareja lleva la misericorida y el amor de Dios a los sobrevivientes de cáncer y sus familias que necesiten fortalecer su esfera espiritual.
Ester y Julio destacaron que antes de comenzar a apoyar a los pacientes de cáncer desconocían el impacto social, sicológico y económico que tenían no solo los pacientes sino también sus familias. Fue a través de la ayuda que ellos proveen en alianzas con el tercer sector, que confirmaron que ahora comprenden mejor la necesidad, el dolor y la misericordia de forma tangible.
Ciertamente, los caminos del Señor son misteriosos y años más tarde de haber iniciado su misión con estos pacientes, a ellos les tocó vivir muy de cerca la enfermedad cuando la mamá de Julio fue diagnosticada con cáncer. Sin embargo, Julio aseveró que: “Dios me dio fortaleza y paz para acompañarla en sus últimos días sabiendo que ella estaría en paz con Él”. Añadió que: “Siempre hemos visto la misericordia de Dios en los pacientes de cáncer, cuidadores y sus familias, pero luego de ver todos los procesos a los que tienen que someterse, creemos firmemente que no podrían sobrellevarlos si no fuera por la misericordia de Dios que es grande”.
Por su parte, Ester reiteró que: “Hemos asistido a personas con todo tipo de cáncer, y ha sido una bendición ser instrumento de Él y diseminar su Palabra”. Por eso invitaron a todos los pacientes, sobrevivientes, cuidadores y familiares a darle la oportunidad a la devoción de la Coronilla de la Divina Misericordia para que puedan ver a Jesús de una forma diferente. Coincidieron que aunque en ocasiones las pruebas de la vida sean fuertes solo el amor y la misericoridia de Jesús los sostendrá. “Haber incorporado esta devoción en nuestro diario vivir, nos ha ayudado a ver a los demás como los vería Jesús. Además, de tener esa tranquilidad y confianza de que Dios siempre está con nosotros. Aún en los momentos más difíciles y de necesidad”, precisó Ester.
Al final, ambos reiteraron que: “Dios es bondadoso y misericordioso. Estamos convencidos que solo a través de la oración y la comunión con Él podemos sentir su misericordia. Él nos deja saber todo el tiempo que es un Dios de amor, que debemos aceptar su voluntad con la certeza de que nunca nos dejará solos”.
Dra. Maricelly Santiago
Para El Visitante