Quinto de la serie: Crónicas de la Misericordia
La vida de Cindy Cortés Vega, de 33 años y productora de varios programas de televisión en el Canal 13, se centraba en servir en su parroquia, planificar cómo seguir creciendo en su trabajo, compartir con su familia y a realizar actividades que la hicieran feliz.
Por eso, cuando el 30 de agosto de 2010 le dieron el diagnóstico de cáncer papilar en la tiroides, decidió transformar su enfermedad en misericordia para establecer una comunión más directa con Dios dentro de sus cotidianidad.
“Cuando me dieron el diagnóstico no cuestioné el por qué de mi enfermedad. Recuerdo que, aunque mi hermana me acompañó, decidí entrar sola. Sin embargo, sabía que no estaba sola, porque Dios estaba a mi lado”, expresó. Reconoció que su familia y compañeros más cercanos fueron su apoyo, pero el principal fue Dios. Se enfrentó al tratamiento tranquila y optimista a sus 25 años de vida.
Precisó que “en los momentos que más débil me sentía por el yodo radioactivo y sus efectos secundarios fue cuando más me conectaba a orar y a pedir con confianza por mi salud. Mi dolor, fatiga, debilidad, náuseas, los fuertes calambres a causa de la intervención que para mí era lo más fuerte y verme hinchada en todo momento, se lo ofrecía a Dios para purificar mi alma”.
Continuó diciendo que: “En mi proceso de aislamiento siempre recordaba a mi abuela y mi tío Luis con quien rezaba la Divina Misericordia en las tardes y cada vez que dedicaba ese tiempo para orar sentía una paz inexplicable. He aquí donde conozco la Devoción de Jesús misericordioso”.
La palabra misericordia es para ella de gran valor espiritual. Pues a lo largo de su vida vivió muchas situaciones junto a su familia en los que Dios la convenció de las bendiciones que les ha dado. Afirmó que uno de lo momentos más significativos fue cuando su médico le informó que su enfermedad estaba en remisión. Justo en ese momento, sintió que la bendición de Jesús la seguía acompañando.
Actualmente, Cindy es una fiel devota de la Divina Misericordia, para ella misericordia significa paz, amor, unión y bendición. Aprovechó para exhortar a todos los lectores de El Visitante para que reflexionen sobre las pruebas de fe que Dios les da. “Como cristianos tenemos que aceptar las pruebas que lleguen a nuestras vidas, descubrir la misión que Dios tiene en ellas y sobre todo servir con amor.
Al final, manifestó que como sobreviviente hace 8 años y cuatro meses de cáncer de tiroides papilar sintió la misericordia real de Dios “porque este proceso ha sido de transformación en mi vida. A pesar de que desde pequeña he servido a Dios evangelizando a través de la música y la Pastoral Juvenil en este proceso he aprendido a ser paciente, fortalecer mi fe, amar más a nuestra madre María, apreciar la calidad de tiempo con mi familia y sobre todo conmigo misma”.
Dra. Maricelly Santiago
Para el Visitante