Las noticias falsas han existido siempre. Algunos aún le dicen “bochinches”, otros que “eso dicen las malas lenguas”. Sin embargo, lo más trending ahora es llamarle fake news. Alguna de esta información puede que sea cierta o puede que sean medias verdades, pero nadie sabe. Sin embargo, las fake news son sólo eso: noticias adulteradas, ficticias e ilegítimas. ¿Dónde abundan más? ¿Cómo se pueden combatir? ¿Qué dice la Iglesia sobre esto? 

¿Qué es en realidad?

En primer lugar, la Universidad Complutense de Madrid define literalmente las fake news como un concepto anglosajón para referirse a lo que se conoce como noticias falsas. Se cree que este término se popularizó desde que el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en el 2016 expresara que las noticias emitidas en su contra por los medios de comunicación social más populares del país eran fake news. Hoy día esto tiene que ver más aún con información no verificada o engañosa que se expande cada vez más rápido y se esparce a través de las redes sociales con facilidad. Además, se cree que actualmente las personas reciben a través del internet más información ilegítima que verdadera. Esto provoca que sea algo complicado discernir entre lo que es falso y lo que es real. 

Por otra parte, Albertina Navas, doctora en Comunicación, periodista y directora de Comunicación Estratégica de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) publicó un texto educativo hace unos meses donde indicó que es mejor ni hablar sobre fake news porque puede ser algo más confuso de lo que parece, ya que este “fenómeno complejo puede incluir noticias verdaderas en contextos falsos, noticias falsas en contextos verdaderos o incluso noticias verdaderas sin contexto”. 

¿Cómo reconocerlas?

“No es tarea fácil, porque la desinformación se basa frecuentemente en discursos heterogéneos, intencionadamente evasivos y sutilmente engañosos, y se sirve a veces de mecanismos refinados”, Plantea el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones de 2018. En primer lugar, la doctora Navas recomienda algo importante, y es que si uno ve en internet o en un medio de comunicación alguna una información de la que tiene dudas es mejor verificar la fuente principal de dicha información. ¿Cómo hacerlo? Hoy día el internet lo sabe todo y lo que no aparece ahí es porque no existe o no se ha documentado. Así que, el primer paso sería verificar si la dirección de la página web es de una organización reconocida o acreditada. En segundo lugar, una opción rápida podría ser, a través del buscador, confirmar que la fuente principal a la cual se le atribuye la información sea real y fidedigna. Si la información está acompañada de fotos o videos, puede que confirme su veracidad, aunque no siempre. Y por último, contrastar la información con otros portales especializados en el tema. Además, verifique la ortografía o el diseño gráfico del sitio; si contiene errores gramaticales o en el diseño, esto puede ser un indicativo de contenido sospechoso. Si se trata de redes sociales, es importante verificar que la cuenta sea realmente de la persona o entidad a la que aparenta ser. Usualmente las cuentas verificadas por las diferentes plataformas sociales tienen una marca oficial (check mark) que confirma la autenticidad de la página o cuenta. 

¿Cuál es el riesgo de difundirlas?

Estudios que muestran que al menos un tercio de las noticias se comparten sólo por el titular y no por su contenido. Esto es más común de lo que se cree y suele pasar por desapercibido. Sin embargo, el riesgo de difundir este tipo de información está en que puede continuar desinformando a muchas personas, e incluso influir a otros a llegar a opiniones erróneas y propiciar comentarios negativos u ofensivos, principalmente en el internet. 

Opinión de la Iglesia

Como fiel católico, hay que preguntarse: ¿qué dice la Iglesia sobre las fake news? Si bien es cierto que la Iglesia no está exenta de noticias falsas, es un lugar donde no tienen cabida ya que estas atentan contra la verdad que la propia Iglesia anuncia. Innumerables veces se ha visto cómo las noticias falsas afectan la vida de fe de los fieles, e incluso de las figuras religiosas. 

Por su parte, el Papa Francisco en el 2018 condenó las fake news relacionándolas con “la codicia” y “la sed de poder” de las personas. “El mal se mueve de falsedad en falsedad para robarnos la libertad del corazón”, añadió. Sin embargo, animó a utilizar “el antídoto más eficaz contra el virus de la falsedad”, que somos nosotros mismos al dejarnos “purificar por la verdad” y buscar la libertad a través de Jesús: Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6). 

Por último, Francisco hizo un llamado, más bien, a los medios de comunicación a “promover un periodismo de paz”, no como algo “buenista” o “empalagoso”; “un periodismo que no queme las noticias, sino que se esfuerce en buscar las causas reales de los conflictos”, y que busque “soluciones alternativas” ante las problemáticas actuales. 

Jorge L. Rodríguez Guzmán 

j.rodriguez@elvisitantepr.com 

Twitter: jrodriguezev 

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