Sin duda, toda persona en algún momento ha identificado que alguien realmente no practica lo que predica, o incluso consejos dados por alguien, pero que no es aplicado en la vida de quien lo da. Eso podría considerarse como doble moral. Pero ¿acaso no era eso lo que hacían los fariseos? Cuidado con parecerse a ellos.
El fariseísmo sigue existiendo
Un fariseo, según la Real Academia de la Lengua Española, era “entre los judíos, un miembro de una secta que afectaba rigor y austeridad, pero eludía los preceptos de la ley”. Es decir, enseñaban lo que les tocaba, pero no lo practicaban realmente. El problema de los fariseos es que creían que eran muy buenos y que tenían méritos ante Dios.
Para analizar este tema, El Visitante dialogó con el Vicario Judicial y Vicario de Vocaciones de la Diócesis de Caguas, el Padre Félix Muñiz Hernández. Para el sacerdote, el tema del fariseísmo moderno le pareció algo muy importante de combatir. Es de conocimiento de todos que se están viviendo tiempos nuevos y que la forma de llevar el mensaje ha cambiado. Pero Padre Felito, como también es conocido, mencionó que es deber de cada uno “mirar si lo que está realizando está transformando su corazón” y si nos mueve a ser más caritativos o a creernos más que los demás. Porque “no es tanto lo que hago, sino cómo lo hago y cuál es el resultado de ello”, expresó.
Además, el vicario judicial de Caguas comentó que no podemos convertirnos “en un hipócrita que está diciendo cómo se tienen que hacer las cosas, incluso haciéndolas” pero que su interior no está transformado y que ahí está la puerta al fariseísmo, siendo esto una tentación constante para todo cristiano. Para poder combatir este asunto, el presbítero dijo creer que no hay una sola solución, sino un conjunto de soluciones: “Lo más importante es escuchar la voz de Dios que se manifiesta a través de la Iglesia”. Ser más humilde y obediente, aprender a caminar con los demás y escucharlos, fueron otras de las soluciones que añadió.
Por otro lado, mencionó el proceso sinodal que se está llevando a cabo actualmente en la Iglesia donde se le invita a los clérigos a caminar y escuchar a su feligresía. “Yo puedo ser un extraordinario doctor de la iglesia, pero si no sé caminar con el otro me corro el riesgo de escucharme a mí mismo y obedecer a mis impulsos. […] Entonces, Dios está sometido a mí y a lo que yo pienso. Pues no, Dios habla a través de un magisterio que es más grande que yo, y ese magisterio tiene que custodiar una fe que es más antigua que yo. Pues, vamos al magisterio del Papa y lo que están diciendo: caminen juntos”.
El clericalismo
En el Canon 207 del Código de Derecho Canónico nos dice que “por institución divina, entre los fieles hay en la Iglesia ministros sagrados, que en el derecho se denominan también clérigos; los demás se denominan laicos”. Es decir, los clérigos son diáconos y sacerdotes, al igual que obispos, cardenales y pontífices. Sin embargo, el clericalismo no es lo mismo que ser clerical. “Clerical es tener una identidad de fiel cristiano”, que participa y recibe de los sacramentos, y se preocupa por la transformación de su corazón, pero que ahora está como pastor de la iglesia, como sacerdote. “El clericalismo es una desviación de creerse que, por ser clérigo, ahora estoy en un estrato o nivel superior del resto del pueblo […] tener privilegios, mayores consideraciones, primeros puestos, que era lo mismo que Jesús criticaba de los fariseos. Hay que ser buenos clérigos, pero no caer en el clericalismo”, puntualizó el Padre Félix.
Sobre que el clericalismo es catalogado como “fariseísmo moderno”, opinó que es una nueva forma de ser fariseos, pero que esto no es exclusivo de los que han aceptado el llamado al sacerdocio. Sino que también puede haber laicos que caen en el fariseísmo, que se creen superiores al resto de los laicos, de los sacerdotes, obispos e incluso del Papa.
Este tema ha sido tocado por el Papa Francisco, el cual se ha mostrado completamente en contra del clericalismo. Francisco escribió en una carta al pueblo de Dios catalogándolo como uno de los principales elementos de la lamentable crisis de abusos sexuales dentro de la Iglesia. El Sumo Pontífice dijo además que “los clérigos (que) se sienten superiores, se alejan de la gente” y que esto puede estar “favorecido por los mismos presbíteros” e incluso hasta por los laicos.
Por otro lado, Monseñor Jorge Lozano, secretario general del CELAM y obispo de San Juan, Argentina, expresó en una entrevista con Vatican News que el clericalismo hace ver a la Iglesia como demasiado dependiente de los sacerdotes y con escasos espacios para que los laicos aporten también como iglesia. El obispo argentino catalogó el clericalismo como un obstáculo para que la Iglesia camine en unidad.
“¿Cómo se puede erradicar? Empezar a creer que somos todos discípulos de Cristo. Que a veces hemos tenido inmerecidamente unas funciones que nos vienen con la ordenación para representar Cristo como cabeza, pero que (también) somos fieles cristianos y tenemos que caminar con nuestros hermanos laicos.” Igualmente, hizo un llamado a los laicos a ser servidores como dijo Jesús: “el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos” (Mc 10, 42-44).
Finalizó el Padre Félix: “Nuestra identidad como sacerdotes es ser representantes del pueblo, […] y hay que estar con los hombres para conocer sus problemas, pero hay que estar con Dios para poder resolverlos y caminar juntos”.
Jorge L. Rodríguez Guzmán
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