El deporte siempre ha sido vinculado con un ambiente cargado de muchas emociones. Es un tema que desata pasiones y que las personas pueden sentirse incómodas con comentarios contrarios a sus equipos o atletas favoritos. Momentos de felicidad y tristeza son parte de un deporte, y al igual que en la vida, unas veces estamos arriba y en otras, abajo. Así es el deporte: unas veces se gana y en otras se aprende a no estar siempre con el marcador a nuestro favor. 

La vida de fe también es así. En ocasiones permanece la comunión con Dios y en otras la fe se debilita. Pero ¿cómo podemos seguir siendo cristianos en los espacios deportivos y de igual forma reflejar a Cristo? 

Para dialogar sobre este tema y contar su experiencia en el deporte y la fe, El Visitante entrevistó al ex baloncelista arecibeño David Cortés, quien jugó hasta el 2017 en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) de Puerto Rico. David creció en una familia católica que asistía a misa y rezaba el rosario, incluso fue monaguillo durante su niñez. Agradece lo que sus padres le enseñaron sobre Dios, porque eso fue lo que le motivó a seguir perseverando en la fe. Actualmente colabora con el Movimiento Familia de Jesús donde apoya y ayuda a jóvenes y parejas que desean tener un encuentro con Cristo y con ellos mismos. Mencionó que luego de tomar por primera vez el retiro matrimonial junto a su esposa, su vida cambió radicalmente y decidió reflejar a Cristo en todo momento y lugar. 

Para David, el querer ser cristiano dentro y fuera de la cancha tiene que ser coherente con la vida, la manera de pensar, actuar, y relacionarse con los demás. “Si tú quieres reflejar a Cristo en todo momento, tienes que llevar eso a todo lugar”. Es decir, hacer lo que Cristo mismo nos encomendó: “Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16, 15). “Quizás no sea hablando o convirtiendo a los compañeros, ni a los fanáticos, pero con la actitud y respeto a los demás, es una muestra de que tienes a Cristo en tu corazón”, expresó el ahora padre de familia y empresario. 

En el 2016, el BSN lo reconoció como el “Jugador Más Caballeroso” de la liga por su desempeño y manera de comportarse dentro y fuera de la cancha. Esto para él representó un orgullo porque sabía que mucha gente estaba pendiente de su ejecutoria y manera de relacionarse con los demás. “Para mí ese premio significa que yo puedo ser una buena persona fuera de la cancha como dentro de la cancha. […] Me llena de mucho orgullo poder ser un ejemplo para los jóvenes y niños”. 

Asimismo, mencionó que algo que siempre hacía antes de iniciar y al culminar cada partido era encomendarse y agradecer a Dios: “Cuando metía (el balón) daba gracias a Dios. Cuando estaba en el tiro libre hacía una oración antes de tirar”. Y es que, esas cosas tan sencillas son las que se pueden implementar también en la vida cotidiana. De esta manera podremos hacer todo con más paz y mucho mejor. 

Por otro lado, en el 2011, David tuvo la iniciativa de llevar el mensaje de Dios en todo lo que hacía. Fue en su labor como baloncelista en México cuando adquirió una camisa que llevaba un mensaje muy particular que decía: “Propiedad de Cristo”. Esa camisa la llevó a la cancha y comenzó a utilizarla en su regreso a Puerto Rico antes de cada partido con los colores de los Capitanes de Arecibo, equipo con el que jugó por 20 temporadas de baloncesto profesional. Jamás pensó que una camiseta impactara tanto a sus fanáticos. Como anécdota, recordó a una familia que vistió con el mismo diseño para ir a uno de sus partidos en Arecibo e incluso mencionó a un fanático de otro equipo que también vestía de igual forma, pero con los colores de su equipo preferido. “Eso me llenaba de mucha alegría. Uno no necesita decir una sola palabra. Van cinco mil personas al juego y si 50 vieron el mensaje en la camisa, esos se fueron para sus casas con un mensaje positivo”. 

Finalmente, en su faceta como deportista, David Cortés identificó algo que también pudo aplicar en su vida como padre de familia, esposo, amigo y empresario: “la mayor lección que pude aprender para aplicar en la vida es que se trabaja duro todos los días y el esfuerzo es de todos los días para tener éxito. […] No es hoy sí y mañana no”, concluyó. 

Jorge L. Rodríguez Guzmán

j.rodriguez@elvisitantepr.com

Twitter: @jrodriguezev 

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