Hay una oportunidad única en la vida de formar desde el inicio educativo al niño, no para convencerlo, sino para infundir los valores esenciales de la fe y esa es la oportunidad que ofrece la educación que se brinda en los Colegios Católicos. Así lo definió la Dra. Ana Cortés Crespo, superintendente de Escuelas Católicas de la Arquidiócesis de San Juan, al conversar con este medio sobre los retos y grandes oportunidades de los Colegios Católicos en el tercer milenio.
“Como Superintendente visito tantas escuelas y en este momento particular la educación católica es sumamente importante porque tiene la misión de infundir unos valores para formar unos seres humanos completos, íntegros y que sean el rostro de Jesús con el prójimo. Y educarlos con excelencia. Esa es la relevancia”, reflexionó la educadora y Superintendente desde el 2009.
Sin valores no hay educación…
Argumentó que no hay escuela sin valores y sin valores no hay educación. Por ello la educación pública o privada educan con valores, pero sin menos preciar “ellos definen cuáles son sus valores”. Por ello, la educación católica “es otra cosa” porque es un proyecto formativo y educativo que está enfocado a la luz de la fe, que es la piedra angular. ¿Acaso los padres no quieren lo mejor para sus hijos y la educación es una de esas prioridades de la vida?
Destacó que estos valores son para toda la vida y al final la recompensa es mayor. “Lo he visto en jóvenes y especialmente en los exalumnos que muchos son personas de fe, dijo Cortés.
Son 47 colegios católicos que se encuentran bajo la Superintendencia, cuya injerencia directa es en el área pastoral dado que administrativamente cada institución es autónoma. Sobre su labor como Superintendente comentó que una de sus prioridades es acompañar a los colegios en sus quehaceres educativos y en la labor de evangelizar porque “queremos que todos los estudiantes y personal docente sean evangelizados en la fe”. Aunque resaltó que uno de los proyectos prioritarios es que cada maestro de religión cuente con una certificación y capacitación de rigor. Sobre la pastoral que se impulsa en los Colegios detalló que es una “viva, di- námica y vivencial”.
Perfil estudiantil señala al liderato
Aunque el 100% se gradúan y van a estudios sub graduados, algunas de las características que se pueden palpar según Cortés en el perfil del estudiante de la escuela católica es que son líderes, tecnológicos e innovadores. Esto producto de los cambios que han realizado en los currículos y programas.
La mayoría de los estudiantes se describen como católicos, pero no se discrimina en lo absoluto.
Sobre los estudiantes católicos dijo: “tenemos de todo, los que van a misa y los que no, por ello tenemos un desafío”. Cabe destacar, que la mayoría de los Colegios van desde pre-kinder hasta duodécimo grado. Y la cantidad entre varones y hembras es proporcional.
El Colegio tiene filtro, “los celulares no” “El reto de la tecnología es grande por las redes sociales y la supervisión. Muchos jóvenes han visto en los artistas urbanos modelos a seguir y sus líricas no son las más adecuadas. Estamos constantemente en competencia con las redes. La escuela católica tiene filtro -en su Internet-, pero los celulares no”, sostuvo sobre el reto que trae consigo la plataforma digital.
La educación y los maestros han evolucionado: además de las pizarras digitales, tabletas y libros digitales ahora se integra el celular, el maestro es un facilitador que promueve la investigación y análisis, el enfoque disciplinario cuenta con mayor orientación y la estructura de las sillas es en círculo.
Sobre los ofrecimientos de vanguardia, Cortés quiso felicitar a Ediciones SM de Puerto Rico quienes recientemente cumplieron 15 años de presencia en Puerto Rico y colaboran arduamente con la Superintendencia en varios proyectos.
Ante la disminución de estudiantes por la migración y demografía, que afecta a la educación publica y privada con cierres de escuelas, Cortes mencionó que los Colegios se han tenido que reinventar con programas académicos atractivos, fortalecer sus programas pastorales y trabajar muy fuerte “para responder a la realidad de retener a los estudiantes”.
Destacó que dentro del ofrecimiento de la escuela católica se tiene presente a la familia y los retos que pudiera atravesar como parte de los esfuerzos de la pastoral de acompañamiento en los momentos difíciles. ■
Enrique I. López López
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