Se trata de la Verdad y la mentira. El contraste entre Juan el Bautista y el Tetrarca Herodes simplemente es extremo. El primero fue un profeta, precursor de Jesús, ascético, sobrio, pobre, sin pretensión alguna, temeroso de Dios, estandarte de la Verdad ante quien fuera y su vida fue la entrega total a la oración, al anuncio de la conversión y al bautismo con el agua que limpia el alma. Simplemente, un santo que vino a allanar el camino para la llegada del Hijo de Dios. El segundo fue un hombre de realeza, de política, de poder, de excesos y fiestas sin fin, uno que no sentía temor alguno por Dios ni por quebrantar sus preceptos a diestra y siniestra. Tenía cierta fascinación por el Bautista. Así como el niño que va zoológico y quiere llevarse el koala, Herodes apresó al Bautista y le fascina escucharlo; aunque sin conversión. El mismo que luego le pediría un milagrito a un Jesús atado y golpeado, sintió tristeza por tener que cortarle la cabeza al Bautista por la promesa caprichosa que hizo a su hijastra luego de su baile erótico. Pero, esto tiene vigencia actual para Puerto Rico, llamada la Isla de San Juan Bautista.

La historia nacional se bate entre si Puerto Rico mantiene su posición de ser una sociedad temerosa de Dios y comprometida con la Verdad vs. convertirse en una sociedad temeraria y de verdades licuadas que es lo mismo de decir mentiras convenientes. Se trata de esa aprobación casi ipso facto (en el acto) que revolotea y amenaza para justificar lo que evidentemente está mal, de la intención de diluir, tergiversar o distorsionar la verdad y de defender esa posición como si repetir una mentira se volviera verdad. 

Por un lado, el Bautista -con su palabra y ejemplo- llama a los boricuas a defender la Verdad con todo lo que se tiene: con el ánimo, la libertad y la vida. Porque a la vuelta de la esquina viene Jesús… Por otro lado, Herodes representa la mentira que puede abrir las puertas de la riqueza, el poder, la seducción y el placer. Solo hay que recordar que, aunque los barrotes de la cárcel sean de oro sigue siendo cárcel. En este juego se va la vida. Padre Zabala diría: Saber lo básico es esencial en estos días calamitosos. Por eso, la reflexión es urgente y latente. ¡Boricua!, ¿eres hijo del Bautista o de Herodes?

Enrique I. López López

e.lopez@elvisitantepr.com 

Twitter: @Enrique_LopezEV 

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