“Alégrate Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis. Alegraos de su alegría”, Is 66:10.
Hoy, cuarto domingo de Cuaresma la Iglesia celebra el Domingo Laetare o Domingo de la Alegría. El nombre se debe a la primera palabra de la antífona de entrada de la misa de este domingo. Este día debe entenderse como un descanso durante la Cuaresma. Es momento de alegría ante la cercanía para recordar y vivir los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Por eso hoy las vestiduras del sacerdote y el diácono, así como los manteles y ornamentos en el altar son de color rosado, porque es un intermedio entre el blanco que se utiliza para la Pascua y el morado de penitencia usado durante el tiempo cuaresmal. También, hoy la iglesia puede adornarse con flores. Sin olvidar que aún se está en el tiempo de Cuaresma y todavía continúan las privaciones y penitencias que cada uno se haya propuesto.
Para P. Nicolás Colacho de la parroquia María Auxiliadora de Cantera, La fiesta de Laetare refleja la mentalidad de la época. Explicó que en la Edad Media la Iglesia controlaba el tiempo de la gente y tenía mucha influencia sobre ellos. Por eso, desde que iniciaba la Cuaresma se prohibían todo tipo de fiestas. “No se podían hacer cumpleaños, ni bodas. En esos 40 días se quitaban todos los signos de alegría, flores, música, fiestas. No se podía ni escuchar música por la radio”, comentó.
Precisó que, para esos años el sacerdote desde el pulpito era quien establecía todas las normas. Como se quitaba toda huella festiva, para hacerlo más llamativo se estableció el Domingo de Laetare, para simbolizar que quedaban pocos días para terminar las prohibiciones porque la Pascua estaba llegando. “Eso quería decir, por fin quitaron la prohibición. Estamos más cerca, nos queda menos tiempo para completar los 40 días. Es la alegría por la inminencia de lo que viene con la Resurrección de Jesús”, dijo el sacerdote salesiano.
Sin embargo, P. Colacho aceptó que, en estos días esto ya no es tan necesario, debido a que la presión social en Cuaresma es mínima en el mundo actual. “Al día de hoy esto ha cambiado mucho porque la gente hace fiestas, bailes y conciertos durante cualquier época del año, incluyendo la Cuaresma”, reconoció. Recordó que hace unos años, en Puerto Rico se hacían bailables de sábado de Gloria porque se terminaba la prohibición de hacer fiestas durante la Cuaresma.
Sobre el uso de instrumentos musicales durante las celebraciones propias del tiempo de Cuaresma, el también músico, opinó que “si se quita la música, se pierde la expresión de todos los acontecimientos porque con la música se puede expresar alegría, dolor y hay muchas canciones que lo expresan tremendamente. Se puede llevar al instrumento a expresar un sentimiento de dolor, austeridad, sobriedad y sacrificio”.
De otro lado, el sacerdote sostuvo que el Papa Francisco dijo que no importan tanto los ayunos y el abstenerse de comer carnes y mariscos sí. “El mismo Papa presentó una lista de 13 cosas que son parte de la vida ordinaria y que todos pueden hacer. Por ejemplo: Saludar, ser afables, tener en cuenta la opinión del otro, llegar a tiempo para cumplir sus obligaciones, entre otras”, indicó.
Al tiempo, destacó la famosa frase bíblica: Misericordia quiero, no sacrificios. “Si tienes bondad de corazón todas esas son leyes. Eso se aplica a todos hasta dentro de las comunidades religiosas, sacerdotes y monjas. En esta época se nos invita a hacer sacrificios comunitarios que tienen que ver con la aceptación del hermano y con el perdón. No tanto con no voy a comer un dulce, no voy a comer una carne. Sino más bien con cosas que tienen que ver con el interior del ser humano. Voy a tener mejores sentimientos, voy a saber perdonar, voy a poner buena cara a pesar de todo. Voy a saber acercarme a aquel que me necesita”, concluyó. ■
Camille Rodríguez Báez
Twitter: @CamilleRodz_EV
c.rodriguez@elvisitantepr.com