En Puerto Rico, 1 de cada 62 nacimientos se diagnostica con el Trastorno del espectro autista, también conocido como el TEA o autismo, de acuerdo con una investigación realizada por el Instituto de Deficiencias en el Desarrollo de la Escuela Graduada de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Este es una condición del neurodesarrollo que también tiene base genética.
La Dra. Grace Rodríguez Sierra, psicóloga clínica y directora del Centro de Autismo de Puerto Rico ubicado en los predios de Centro Médico en Río Piedres, explicó que los niños que lo presentan tienen destrezas más pobres en la interacción y comunicación social. Además, manifiestan comportamientos e intereses limitados dirigidos a conductas particulares que no son las que típicamente demuestran otros niños de su edad. Estas alteraciones afectan su funcionamiento en el ámbito social, laboral, en su ejecución académica, entre otras.
“El autismo, es una condición que se distingue por una variedad de señales y niveles en las que se manifiesta. Por ejemplo, en cuanto a interacción social, hay unos niños que pueden ser bien aislados, pero hay otros que tienen interacción. En comunicación están los que hablan con lenguaje más sofisticado de lo usual para su edad, hasta otros que nunca hablan”, expresó.
Diagnóstico
De sospechar que el niño tiene autismo se debe dar conocimiento de inmediato al pediatra. Dado a que aún no existen estudios médicos (como laboratorios) que determinen en concreto que la persona presenta autismo, se recomienda que la evaluación se realice a través de un grupo de profesionales especializados o con conocimiento en autismo. Entre ellos: psicólogo, neurólogo pediátrico, psiquiatra de niños y adolescentes, terapista ocupacional, patólogo del habla, trabajador social o un pediatra -con especialidad en neurodesarrollo-. Estos harán el diagnóstico a través de entrevistas, historial familiar y la observación en el comportamiento y actividades presentadas donde identificarán señales como: problemas de comunicación, dificultad en las interacciones sociales y comportamientos repetitivos.
“Es importante identificar cuáles son los factores que realmente están involucrados para brindarles la atención que requieren de acuerdo con cada niño porque no todos son iguales”, mencionó la doctora.
Luego del diagnóstico requerirán de intervenciones o servicios en el área de comunicación social, interacción social, habla y lenguaje, terapia ocupacional, servicios psicológicos y atención médica debido a que algunos suelen presentar trastornos alimentarios, intestinales, epilepsia, interrupción en patrones de sueño o alergias, por mencionar algunos.
La Dra. Rodríguez explicó que: “Si atendemos a los niños en edad de 0 a 3 años, los estudios nos dicen que se supone que pueda mejorar porque está atendido desde temprana edad. También ocurre para detectar deficiencias en el desarrollo, por eso es importante esa identificación. Un papá que tenga esa preocupación puede llegar hasta aquí y nosotros hacemos el cernimiento”.
Población
En cuanto a la población con autismo detalló que el aumento ha sido dramático. “Teníamos unas proporciones mucho más bajas a nivel mundial, pero ahora mismo se vislumbra que la próxima estadística vaya a 1 de cada 44 (nacimientos con el diagnóstico). Si lo vemos en proporción de cómo ha aumentado a través del tiempo ha sido bien dramático a nivel mundial”, sostuvo.
Destacó que la probabilidad de que haya un niño con autismo en la familia aumenta luego de que se ha presentado algún caso diagnosticado. La posibilidad de que un hermano nazca con autismo luego de que ha nacido uno es de un 2 a un 18 por ciento, en gemelos idénticos hay de un 36 a un 95 %, en gemelos fraternos la posibilidad se da de 0 a un 31 %. Incluso “si hay un primo en la familia, la probabilidad va aumentando en ese nivel genético. Lo mismo ocurre si de parte de las dos familias hay historial”.
Aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) realizan estudios para identificar el origen de la condición, aún se desconocen. En el aspecto genético no se ha podido identificar un gen y pese a que se piensa que los factores ambientales influyen en su manifestación, aún no se ha comprobado.
Educación y conciencia
Con motivo de abril ser el mes de la concienciación sobre el Autismo en Puerto Rico, la experta subrayó que la educación es altamente necesaria. “Nosotros seguimos con el mismo patrón que todavía existe a nivel mundial de que a pesar de que las señales empiezan a identificarlas los padres en estas edades tempranas, todavía el proceso de diagnóstico, usualmente se da en unas edades más tardías, después de los 4 años”, expresó.
El Centro de Autismo de Puerto Rico presta servicios a población de toda la isla, con énfasis en el área norte. Para más información, puede llamar al 787-522-6311 de lunes a viernes de 8:00 a. m. a 4:30 p. m. Residentes del área sur y pueblos limítrofes pueden comunicarse al Centro Ponceño de Autismo al 787-812-1224.