Como parte de los trabajos de la semana, el pasado jueves, 22 de junio se discutieron varios temas de formación como parte de las dinámicas. Entre las charlas Mons. Luis Secco, sbd, Obispo responsable de acompañar la Región del Caribe y las Antillas, se valió de una serie de imágenes para reflexionar sobre María dócil al Espíritu Santo al servicio de la misión.

Mediante una demostración de pinturas que presentan varios pasajes bíblicos: Presentación del Señor, Las bodas de Caná, María de Caná a la Cruz, María en Pentecostés, todos representativos de acciones de la Virgen, el Obispo discutió el servicio de misión de la Virgen María quien siempre permaneció dócil al Espíritu Santo y en todo momento fue ejemplo de aceptación de la fe.

Comenzó con la demostración de la pintura de La Anunciación, realizada por el pintor toscano Fra Angélico. Según dijo, el Evangelio de Lucas señala que esta escena se produjo en casa de María a solas. “No sabemos qué estaba haciendo María en ese momento, tal vez cocía, tal vez dormía”, reseñó. Continuó diciendo que: “La actitud de oración a la que normalmente aluden los artistas muestran la unidad muy especial que María tiene con Dios”.

Aseveró que así lo demuestran, por ejemplo, la figura del Ángel, que en principio es un ser más perfecto que la creatura humana y resalta la excelencia de María. También la aparición del color azul en la ropa de la Virgen hace referencia a que es alguien muy especial. Cabe destacar que la pintura azul, se reservaba para ocasiones excepcionales por ser un tinte muy caro.

Según el Prelado, la Virgen colaboró por su fe y obediencia para la salvación de los hombres. En el mosaico de la Visita de María a Santa Isabel, compartió la meditación del Papa Francisco al respecto: “Hace ver cómo este encuentro es uno de dos personas, pero a la vez de dos criaturas que van a nacer, Juan Bautista y Jesús. María apronta el gran camino de su vida con gran realismo, humanidad y comprensión, sintetizando en tres palabras la actitud de la Virgen: escucha, decisión y acción”.

Sostuvo que: “Esto es muy importante porque el Papa Francisco nos va a dar una especie de camino de fe, un camino para cada uno de nosotros en la Pastoral Juvenil […]. Palabras que nos indican el camino a nosotros ante lo que el Señor nos pide en nuestra vida con especial atención a los más necesitados, en obediencia y caridad aprendiendo a ser como la madre de Dios, salir contra corriente con ella en la Anunciación, en la Visitación, en las bodas de Caná”.

Reseñó un pensamiento del Papa Benedicto XVI al decir que: “Ella es parte y principio de lo que será la misión de los apóstoles. […] En cualquier lugar donde los cristianos se reúnen en oración con María, el Señor dona su espíritu. No hay Iglesia sin Pentecostés, y no hay Pentecostés sin la Virgen María”.

En su turno,  Ángel David Montes Reyes compartió el tema La acción misionera del joven en la Iglesia y la Sociedad. La misma se basó en las palabras del Santo Padre en las que extendió una invitación a los jóvenes diciendo: “Vayan sin miedo a servir”.

Con el fin de compartir el dinamismo misionero de la Pastoral Juvenil en la Iglesia y en la sociedad comenzó con: vayan.

Expresó que hay que hacer camino en el camino, y que es Jesús quien lleva hacia el Padre. “Cuando uno va a salir, va a ir al encuentro del otro, hay que ponerse los zapatos para anunciar eso que hemos contemplado. Pero en ese camino hacia el Padre no estamos solos. En el camino nos acompaña María, madre nuestra, madre de nuestra juventud. En ese camino rumbo al Padre, vamos dejando huellas que representan las historias, los anhelos, frustraciones en el caminar de nuestra juventud y de todos los que estuvieron antes que nosotros en este proceso”, explicó.

Destacó que en Redemptoris Missio Juan Pablo II dice que el Espíritu Santo es el protagonista de la misión que anima, acompaña y fortalece el caminar de los jóvenes rumbo al Padre.

Asimismo, comentó que la misión se da en el marco de que se requiere que hombres y mujeres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad. De ahí tocó el segundo aspecto de sin miedo, en el que cuestionó: “¿Cuántos jóvenes pasan por el proceso sin contemplar a lo que el Señor los llama? Jesús llama a los jóvenes a ser sus colaboradores”.

Por último, enfatizó que, para ir sin miedo a servir, hay que salir de la teoría, de la habladuría, para “lanzarnos a servir, para lanzarnos al encuentro del otro”.

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