“El miércoles de ceniza es la puerta que abre la Cuaresma, que son 40 días de preparación hacia la Pascua. La cuaresma es un tiempo de reflexión interior, de ayuno, oración y limosna”, explicó Padre José Colón Otero, párroco de Punta Santiago y Villa Universitaria en Humacao. El miércoles de ceniza introduce a la penitencia y la preparación hacia la celebración de la Pascua del Señor. ¿Qué simboliza esta práctica? ¿De dónde proviene y a qué nos invita? 

Según cuenta la tradición religiosa, los judíos se marcaban con ceniza sobre la cabeza para mostrarse arrepentidos por sus pecados. Luego, la iglesia primitiva continuó con esa tradición al inicio de la cuaresma. ¿La razón? Para establecer la apertura de los 40 días de penitencia y oración que terminan con la entrada de Jesús a Jerusalén, celebrado el Domingo de Ramos. 

Según establece el Misal Romano, las cenizas deben ser obtenidas de los ramos que se reparten el Domingo de Ramos del año anterior. La ceniza simboliza la fragilidad y el pecado que mancha el alma del ser humano. La frase “polvo eres y al polvo volverás” nos recuerda nuestro origen, formados del polvo por Dios (Gén 2,7) y que regresaremos a Su amor una vez culmine nuestra vida terrenal. 

Las cenizas pueden ser recibidas por cualquier persona que lo desee. Ni siquiera es necesario estar bautizado por la Iglesia ni haberse confesado con anterioridad. Incluso, personas no cristianas podrían acercarse a recibir la ceniza. El Padre José especificó que “la ceniza es un sacramental, no un sacramento”. También mencionó que puede ser impuesto por diáconos y ministros, e incluso fuera del rito litúrgico. Antiguamente, quienes administraban la ceniza lo hacían con sus dedos, aunque también se han utilizado diversos instrumentos para no tener que hacerlo directamente con las manos. Por ejemplo, algodones, pinceles, guantes, entre otros. Todo esto es permitido por la Iglesia, siempre y cuando se administre el sacramental con respeto y devoción. 

Por otro lado, para vivir un mejor Miércoles de Ceniza y una mejor Cuaresma, el presbítero recomendó acudir a los sacramentos y a la oración continuamente. “Junto con eso está la vida de apostolado que también es parte importante de la vida cristiana. De esa manera viviremos con alegría esta cuaresma que nos prepara para la vida.” De igual forma invitó a vivir estos 40 días como si fueran los últimos, con la “conciencia de que es una oportunidad hermosa para plantearnos nuestra vida de santidad. Que sea un camino de trabajo interior para hacer que el rostro de Cristo resplandezca en nuestro propio rostro”. 

Finalmente, para esta cuaresma la siguiente invitación que hace el padre Colón es a lanzarse a vivir la aventura de seguir a Cristo sin importar nuestro pecado. De igual forma, lanzó un reto a los presbíteros y líderes religiosos para este tiempo: hablar directamente a los jóvenes en su lenguaje para que puedan entender el mensaje de la salvación. “Al joven hay que decirle: la cuaresma es un reto en la vida, el reto de seguir a Cristo. Sin embargo, la vida cristiana es de gozo y alegría. Seguir a Cristo es una gozada, nos da – una cantidad – de puertas que se abren, es esperanza”. 

Jorge L. Rodríguez Guzmán 

j.rodriguez@elvisitantepr.com

Twitter: jrodriguezev

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