En el marco de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, El Visitante conversó con los rectores de los dos principales seminarios diocesanos, San Juan Bautista en San Juan y Regina Cleri en Ponce para conocer cómo están las vocaciones sacerdotales en la Provincia Eclesiástica en Puerto Rico.
Para Mons. Iván Huertas, rector del Seminario Mayor San Juan Bautista en la Ciudad Capital, la cuestión vocacional no puede verse en cantidad sino en calidad. “El Señor llama a quien quiere, cuando quiere y como quiere. Cada día tenemos que orar por los que están, así sean pocos, para que perseveren día tras día y que podamos suplir las necesidades que tiene nuestro pueblo”, señaló. Al momento, la Arquidiócesis cuenta con nueve seminaristas.
Por su parte, Mons. Elías Morales, su homólogo, pero en el Seminario Mayor Regina Cleri de la Ciudad Señorial destacó que actualmente cuenta con 19 seminaristas; 5 de la Diócesis de Ponce, 8 de la de Mayagüez, y 6 de la Diócesis de Caguas.
Cuando se les preguntó sobre la cantidad de seminaristas que descubren que el sacerdocio no es su vocación y optan por salirse, ambos clérigos coincidieron que esto es algo que ocurre regularmente. Mons. Iván explicó que “el hecho de que un joven entre al seminario no quiere decir que va a ser sacerdote. A ellos se les dan unas herramientas para que estén en un proceso de discernimiento junto a su director espiritual para ver si esa vocación es verdadera y puede seguir hacia adelante”.
Mientras, Mons. Elías señaló que “los procesos son de libertad donde hay una llamada del Señor donde cada uno está llamado a responder a ella bajo un proceso de discernimiento tratando de encontrar la verdad de Dios, la verdad de él y de su vocación. A algunos el Seminario les sirve para descubrir su verdadera vocación que no es el sacerdocio”.
Sobre las características que debe tener un sacerdote, Mons. Elías detalló que los aspirantes deben tener: corazón humano, alma de pastor, impulso misionero, amor por Dios, por la Iglesia, por las almas y la cercanía que le haga reconocer en las personas el rostro de Cristo.
Entretanto, Mons. Iván destacó que los seminaristas tienen la responsabilidad de “tener un corazón de pastor que se entregue, que se da y se desviva por el otro. El puertorriqueño se caracteriza por ser hospitalario, pero más aquel que es llamado a la vida sacerdotal. Es un sacrificio que está haciendo por el otro y su entrega debe ser a imagen de Cristo sacerdote. Tenemos que sacrificarnos por la salvación de las almas, entre muchas otras cosas”.
De otro lado, Mons. Elías aclaró que el hecho de que algún Obispo mande a un seminarista a formarse fuera de Puerto Rico en nada tiene que ver con la calidad de educación que se les brinda a los seminaristas que hacen su proceso de formación en el País. “Aquí tenemos los medios necesarios para formar adecuadamente a nuestros sacerdotes. La realidad de acudir a seminarios fuera de P.R., no es menosprecio o en reconocimiento de que no tenemos esos medios aquí, es buscando otras circunstancias totalmente diversas a esa calidad de formación”, explicó el Rector del Seminario de Ponce.
Relacionado con la petición del Papa Francisco para que haya un seminario diocesano que agrupe a todos los seminaristas de Puerto Rico en un mismo lugar, los dos rectores consideran la idea como positiva. “Esto ayudaría a la fraternidad sacerdotal. Estando en una isla de 100 x 35 esto es positivo y ayuda a unir esfuerzos en las diócesis para los formadores y profesores”, expresó Mons. Iván.
Ante esto Mons. Elías manifestó que “se hace necesario aunar esos esfuerzos y colocarlos en una misma estructura con unos mismos medios y unos mismos formadores, creo que es sano y saludable”. No obstante, reconoció que para lograr esto es vital una etapa de reflexión y discernimiento. “La Conferencia Episcopal Puertorriqueña encomendó a la Comisión de Seminarios y Vocaciones que lo estudie porque hay que crear unas estructuras y proyectos previos antes de darle paso al seminario único”, explicó.
Por último, los sacerdotes exhortaron a los fieles de todas las Diócesis de Puerto Rico a orar por las vocaciones. “Hay que orar al dueño de la mies para que envíe obreros. Tenemos que orar en nuestro carácter individual, familiar y colectivo”, indicó Mons. Elías. Relacionado con esto, Mons. Iván instó a los padres que, “así como les hablan a sus hijos de la opción de la vida matrimonial, le presenten la alternativa de la vida sacerdotal o la de soltero, son tres caminos a elegir. El pueblo laico tiene la responsabilidad de orar por aquellos jóvenes y adultos que se están preparando para servir a través del sacerdocio”, puntualizó.
Hay vocaciones tardias en Puerto Rico?