El alarmante aumento en casos de suicidio en Puerto Rico, revela el problema de salud mental que existe en el país. A pesar de que el Gobierno intensificó su campaña para evitar, que la tercera causa de muerte violenta en la Isla, siga cobrando vidas. Es necesario educarse sobre este tema para identificar las señales de un comportamiento suicida y de esta forma prevenirlo.

Migdalia Maysonet Ruiz, consejera practicante de familia y pareja del Programa de Consejería Psicológica y Espiritual Buen Pastor definió qué es un comportamiento suicida. “Según el Departamento de Salud de P.R. se entiende que es un proceso complejo que va desde las ideas sobre la muerte y el deseo de morir, incrementándose en gestos o amenazas contra sí mismo, hasta llegar a intentos de terminar con la vida propia. Finalizando con la muerte auto inducida”, indicó.

Advirtió que para evitar que una persona termine con su vida es vital conocer cómo se siente esa persona. “En algunos casos se sienten impotentes, que no puede hacer nada para que su situación mejore; aburridos, sin motivación, nada le interesa, inútil, que no sirve para nada; fracasado, todo le ha salido mal y no ha tenido éxito; pérdida de autoestima, no se considera valioso ni importante; un sentimiento profundo de desesperanza, no hay solución a sus problemas”, detalló.
Continuó diciendo que también “pueden sentirse solos; nadie se interesa por él/ella, a nadie le importa lo que le pase; nadie los quiere; los escucha; los atiende; y puede estar desesperado/a”.

Del mismo modo, la Consejera de familia y parejas, describió cómo identificar factores de riesgo de suicidio. Entre ellos mencionó la idea suicida “es un pensamiento presente en la persona de matarse o morir. Después está la amenaza suicida que es la expresión verbal o escrita del deseo de matarse o morir y por último está el intento suicida que se refiere a todo acto destructivo, auto infligido, no fatal, realizado con la intención implícita o explícita de morir”.

Compartió que, en la mayoría de los casos, los que han pensado en acabar con su vida dan unas señales que si el familiar puede identificar, es probable que pueda evitar una desgracia. Especificó que, en el caso de los niños, estos tienen cambios en los hábitos alimenticios, en el estado de ánimo, sufren de trastornos del sueño, muestran poco interés en la escuela y hay ausencia de amigos. Mientras, en el caso de los adolescentes están deprimidos, tienen dificultad para comer y dormir, pierden el interés por actividades que antes disfrutaban, descuida su apariencia física y se aleja de amigos y familiares.

Sobre qué hacer si se percata que su hijo o un familiar muestra algunas de estas señales, la también Abogada confirmó que “debe prestarle atención a lo que dice la persona, es necesario que exprese lo que está sintiendo y por qué se siente así. Acompáñelo en todo momento, créale, no lo regañe ni lo juzgue, compréndalo, dígale que lo ama y que desea ayudarlo”.

De igual forma, insistió que no piense que no tiene importancia, que está bromeando, que no lo hará, que se le olvidará en unos días, que lo hace para llamar la atención, que está manipulando, está loco, que no es su responsabilidad y que retarlo es la solución correcta”.

Por último, recomendó llamar a la Línea PAS al 1-800-981-0023 para que recibir orientación y consejería en relación a posibles crisis emocionales. Las expresiones de Maysonet Ruiz se dieron como parte de la conferencia Cómo identificar factores de riesgo suicida que se ofreció como parte del Segundo Congreso Arquidiocesano de la Comisión de la Pastoral de Familia que se realizó el último sábado de febrero en la parroquia María Auxiliadora de Santurce.

Camille Rodríguez Báez
Twitter: @CamilleRodz_EV
c.rodriguez@elvisitantepr.com

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