Calce: “La habitación más íntima del alma humana es el lugar favorito de la Trinidad”, (Santa Benedicta de la Cruz).

“Una hija de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo”, (Papa Juan Pablo II, 1987).

Proveniente de una familia judía numerosa y muy devota, Teresa Benedetta della Croce Edith Stein nace en Broklaw, Polonia (antes Alemania) en octubre de 1891. La brillante estudiante finalizó su Doctorado en Filosofía en 1916 con los más altos honores, pero al comenzar la Primera Guerra Mundial se enlistó como voluntaria en los hospitales. Luego de la experiencia de guerra, sumado a los testimonios cristianos, las dudas filosóficas, la lectura de la vida de Santa Teresita y otros eventos, doblegaron su radical ateísmo hasta entonces. Se convirtió al catolicismo y se bautizó el 1 de enero de 1922.

Trabajó 8 años como profesora con las Hermanas Dominicas y se dedicó a la escritura y publicaciones. Fue discriminada por su origen judío y finalmente ingresa a la Orden carmelita con el nombre de Teresa Benedicta. La pasión de Cristo y la Cruz fueron sus mayores devociones. Huye a Holanda por la situación en Alemania. Durante la ocupación alemana de Holanda es capturada y dejada en libertad. El Obispo de Netherlands protestó contra las deportaciones y la reacción alemana fue la exterminación de los judíos bautizados.

Le dieron muerte en la cámara de gas convirtiéndola en mártir. La lista de deportados a Auschwitz publicada en 1950 versaba: “Número 44070: Edith Theresa Hedwig Stein, Nacida en Breslau el 12 de octubre de 1891, Muerta el 9 de agosto de 1942”.

Fue beatificada el 1 de mayo de 1987 y canonizada el 11 de octubre de 1998 por el Sumo Pontífice Juan Pablo II.

(Fuente: Varias)

Enrique I. López López

e.lopez@elvisitantepr.com

Twitter: @Enrique_LopezEV

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