Son muchas las referencias bíblicas y doctrinales que encierra la Inmaculada Concepción, desde Génesis (3, 15) cuando se decreta enemistad entre la mujer y la serpiente, hasta el Apocalipsis (12, 1-2) donde se presenta una mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies y encinta. Estos son la base para la creencia de la purísima concepción de María, tradición por siglos que señala que ella no fue alcanzada por el pecado original.

Isaías, Miqueas y Jeremías profetizaron sobre la madre del Mesías y su pureza. El saludo sin precedentes del Arcángel a la Virgen (Lc 1, 28), fue prueba de la gracia plena que ya residía en ella desde antes. Esa pureza queda reconfirmada con la visita de María a su prima Isabel en el Magnificat. Los antiguos Pontífices señalaron una constante e innegable creencia de la concepción sin pecado de María. La declaración del Dogma de la Inmaculada Concepción ocurre el 8 de diciembre de 1854, mediante la Epístola Apostólica Ineffabilis Deus, del Beato Pío IX. “Nunca estuvo sometida al pecado, sino que fue totalmente preservada de la mancha original”, versa el documento. Este año la fiesta se trasladó de domingo -II de Adviento- al lunes, 9 de diciembre por normativa litúrgica. La Inmaculada es patrona de Guayanilla, Las Piedras, Vieques, Lares, Las Marías, Corozal, Humacao, Vega Alta y Juncos. Otras parroquias bajo su protección se encuentran en Aguada y Carolina. ■

Enrique I. López López
e.lopez@elvisitantepr.com
Twitter: @Enrique_LopezEV

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