“Como sacerdote deposito una gran confianza en Servicios Funerarios Católicos (SFC) porque no importa qué feligrés fallezca, aun en mi ausencia, SFC es la pastoral que garantiza esos servicios religiosos y por lo tanto confío en ellos para consolar a la familia ante la pérdida del ser querido”.
Con esas palabras Padre Rodney Algarín Rosado, párroco de la parroquia San Felipe Apóstol de Carolina, describió el proceso de acompañamiento de SFC con las familias.
Del mismo modo, precisó que SFC es la pastoral que ayuda a dar el mejor servicio y acompañamiento en uno de los momentos más difíciles de la persona humana que es la pérdida de un ser querido. “Como creyentes lo que hacemos es acompañar y celebrar la vida en un contexto de oración y entrega por que es una de las obras de misericordia dar cristiana sepultura, orar por las almas de los fieles difuntos y consolar al que sufre. Son tres obras de misericordia en una misma pastoral”, indicó.
Así mismo, el también Vicario de Zona de Carolina reconoció que la pastoral de acompañamiento tras la pérdida de un ser querido se había perdido dentro de la Iglesia. “En un P.R. donde hay que respetar la intención de la persona que fallece, pero en muchas ocasiones los familiares no piensan en la parte de la fe de la persona, en vida uno puede garantizar ese momento tan necesario que mi Iglesia ore por mí y ayude a mi familia en ese proceso”, manifestó.
Continuó diciendo que: “Cuando muere un familiar, es conocido que son tantos los detalles, que uno necesita el apoyo de alguien que le oriente y para eso está la Iglesia y los asesores familiares de SFC, que son los que representan la parroquia y la pastoral a la hora de acoger a cada familiar que viene pidiendo el apoyo de la Iglesia a través de los asesores familiares”.
De otro lado, cuando se le preguntó sobre las principales diferencias entre un velatorio en una funeraria y uno en la Iglesia observó que el hecho de que sea en la misma comunidad da sentido de pertenencia. “La Iglesia es mi familia, no solo la de sangre, sino en la que crecí, proclamé la fe y a veces donde más he anunciado y vivido el tema de la resurrección. El día del Bautismo, el Señor me regaló el vivir para siempre, en esa misma comunidad y los familiares encuentran el apoyo necesario”.
Mientras, destacó que, en una funeraria, se da un abrazo y se van. Aceptó que, aunque en general las funerarias dan un buen servicio, muchas de ellas no están preparadas para la reverencia y el respeto que merece, por ejemplo, la Santa Misa. “No todas cuentan con un lugar digno para esta Celebración como lo es una capilla con su altar”, dijo.
Sobre los columbarios que hay en algunas parroquias para guardar las cenizas del ser querido, confirmó que “más allá de tener una propiedad, el hecho de que esté en una iglesia aumenta la misión de orar por las almas de los fieles difuntos. Entonces la comunidad se compromete a orar por aquellos que nos han antecedido en la fe. Los que han fallecido no dejan de ser parte de la Iglesia, por eso como parte que son de ella, oramos por ellos”.
Al final, P. Rodney exhortó a todos los fieles a preparar con anticipación los arreglos funerarios con SFC para que de esta forma se cumpla el deseo espiritual o religioso de la persona que fallece. “Uno tiene que ser responsable en vida y no exponer a la familia a grandes gastos y así se evitan diferencias entre las familias sobre qué se va a hacer con el difunto”, expresó.
Añadió que “más que vender un producto es dar consuelo, que a la larga da esperanza y alegría al que pasa por la experiencia del dolor. Que no termina el día del funeral, sino que recobra ciertas prácticas como son las novenas, celebraciones de misas, aniversarios y la misa de los fieles difuntos posterior al fallecimiento”. ■
Camille Rodríguez Báez
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