En la Bula Misericordiae Vultus (El rostro de la misericordia), con la que el Papa convocó el Jubileo de la Misericordia, se ofrecen una variedad de ejemplos sobre cómo actuar durante este año. En su mensaje Francisco insiste que en las parábolas sobre la misericordia “encontramos el núcleo de nuestra fe”. Por lo tanto, cabe preguntarse ¿qué se puede hacer para comprenderlas mejor?

Sobre las parábolas principales que se han desarrollado, explicado y perfeccionado durante este Año de la Misericordia, Fray Jimmy Casellas, párroco de la Parroquia San Antonio de Padua en Río Piedras expresó que todas tienen que ver con la reintegración social partiendo del comportamiento que tiene el individuo, no consigo mismo sino reflejado al prójimo.

“Con la persona que está cerca, a la que desconozco, a la que no sé su nombre siquiera pero es un ser humano y necesita también, como lo comentan las parábolas, esta manifestación desde mí persona, convencido de que soy hijo del amor de Dios y por ende de poder llevarlo a la práctica”, comentó.

Agregó que: “Sobre todo eso, pensar que aquel que está mostrando la actitud tal vez hostil, acomplejado, temeroso, cobarde o agresivo, es una persona que está entre líneas gritando quiéreme, ámame, muéstrame tu misericordia”.

Por lo tanto, para poderlas comprender sugirió que se lean cuantas veces sea necesario con el fin de poder entender y captar la esencia de lo que la parábola quiere decir. Asimismo, cuando aparezca la oportunidad aplicarla, “sea algo tan sencillo como dar una limosna a alguien. A los que piden en los semáforos, tal vez decirles no pero con una sonrisa o preguntarle su nombre. Decirles: ‘Mira fulano, ¿cuál es tu nombre? Pues fulano o fulana hoy no tengo nada pero te doy una sonrisa, te doy mi bendición’. Es no tener miedo de practicar y ser misericordioso”.

Sostuvo que es simplemente mostrarse humano ante el prójimo. “Como quien dice, hemos ensayado durante todo este Año Jubilar y lo que sigue ahora es poner en práctica todo lo que hay de nuestra vida. Ahí está el verdadero reto”, señaló. Asimismo, aseguró que no es que ahora se tenga una camiseta que diga Año Jubilar o “tengo una banderita o un cartel en la sala de la casa. No es algo conmemorativo sino que es algo de invitación, de reto para vivirlo y hemos ensayado durante todo este año. Luego de este ensayo sería como buscar la forma de tener impregnada la misericordia”.

A su vez, destacó que una forma de hacerse consciente de si está o no haciendo las cosas correctamente es dialogando con otras personas no para cuestionarse sino para compartir sus experiencias de vida.

Decirles que: ‘Viví esto, sentí esto’, no para que la otra persona me evalúe o me clasifique sino para darnos cuenta que, como hemos dicho, si esto tiene dimensión social, dentro de un grupo de personas puedo evaluarme si lo estoy o no lo estoy haciendo bien y qué más puedo hacer al respecto”.

Fray Jimmy hizo un llamado a que: “En su oración, todos los días, tan pronto abran sus ojos, pidan a Dios: ‘Déjame ser misericordioso como tú Padre eres misericordioso’, ya que la oración mueve montañas.

Despertarse todas las mañanas con la voluntad de ser mejores personas. No son simplemente unas palabras sino que espiritual y psicológicamente me estoy condicionando a seguir siendo misericordioso. No somos perfectos pero nos vamos haciendo perfectos”.

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