La Capilla Sixtina es uno de los templos católicos más impresionantes e importantes ubicados en la Ciudad del Vaticano, Roma, Italia, no solo por su historia, si no por las decoraciones que se conservan en su interior. Como si fuera un lienzo, en ella importantes figuras de las artes plasmaron escenas bíblicas entre las que se destaca el fresco (técnica de pintura) alusivo al Juicio Final a cargo de Miguel Ángel.
Esta obra fue el último proyecto decorativo, comenzó en 1536, 25 años después de que Miguel Ángel terminara los frescos de la bóveda. Para el momento en que empezó a pintar el Juicio Final sobre la pared de fondo de la capilla, el artista tenía 60 años. Se cree que el encargo de la obra surgió 2 años antes, por el Papa Clemente VII, pero su muerte en 1534 habría impedido que se le empezara por lo que los trabajos se iniciaron bajo el papado de su sucesor Paulo III (1534-1549). Una vez terminada, la inauguración oficial de la obra tuvo lugar en la vigilia del día de Todos los Santos en 1541.
La obra ocupa sobre 200 metros cuadrados de superficie a fresco con 391 figuras. En ella, Miguel Ángel decidió abandonar los procedimientos antes adoptados para la bóveda (arquitectura, pintura y escultura). Su nueva propuesta presentó el aniquilamiento del hombre ante la potencia divina donde el artista sustituyó la construcción arquitectónica por la dimensión de los cuerpos humanos. Tomando en cuenta que este sería el último acto de la historia de la salvación, día en que se debe cumplir el destino de la humanidad, además de la narración bíblica, Miguel Ángel tomó vastas fuentes de inspiración entre las que citó la comedia dantesca.
Muchas fueron las críticas, durante su ejecución y después de terminadas las imágenes, hasta el punto de acusarlas de inmorales. La situación agravada por el clima proveniente del Concilio de Trento, convocado para rechazar las acusaciones contra la Iglesia de parte de calvinistas y luteranos, hizo que se decidiera cubrir aquellas partes que se consideraban obscenas. Ante la situación, en 1546, se encomendó a Daniele da Volterra, conocido como el “Braghetonne” (que pone pantalones o “braga”), que pintara mantos y ropajes sobre las desnudeces. En la reciente restauración se decidió conservar, como testimonio histórico, los retoques hechos por el discípulo de Miguel Ángel y eliminar los agregados sucesivamente para que se pudiera apreciar plenamente la belleza expresiva del Juicio.
La composición del artista nació del gesto imperioso del Cristo Juez que, presentado en lo alto dentro de una almendra de luz, con la Virgen a su lado en actitud de resignada aflicción, domina el valle de Josafat. A su alrededor todo se despliega en un torbellino de cuerpos y almas flotantes como náufragos sin rumbo del mundo.
La capilla, que desde el siglo XVII es la prestigiosa sede de las votaciones para la elección pontificia, desde fines del siglo XV se usaba para hospedar a los cardenales miembros del cónclave, pero su función principal es la de ser la mayor capilla del Palacio de los Papas, el espacio donde los Pontífices celebraban las ceremonias y fiestas religiosas más importantes. Es por su función especial que se llamó a los más grandes artistas para que crearan imágenes de intensa fuerza comunicativa, dando forma a lo que no es posible conocer.
(Fuente: Museos Vaticanos, 2007)