¿Qué es el cannabis también conocida como marihuana? 

El cannabis es una planta de la familia del cáñamo, hemp en inglés. Históricamente se sembraba como materia prima para la producción de telas y sogas. Desde tiempos inmemorables se utilizó además con propósitos medicinales y recreacionalmente también. Por esta razón el Emperador Chino Fu Hsi decía que el cannabis contenía tanto “Ying” como “Yang”, el famoso signo que indica que el universo vive en un balance entre las fuerzas del bien y del mal. El emperador quería comunicar con esa aseveración que el uso de dicha planta tiene efectos buenos y otros dañinos. Por esta razón, cuando hablamos de cannabis, no hay blanco ni negro, sino gris.

El cannabis crudo contiene sobre 400 químicos distintos, la mayoría de los cuales no han sido estudiados en profundidad y entre 80-100 de esos químicos pertenecen a la familia de los cannabinoides. Los dos cannabinoides de principal uso y los más estudiados, son el THC (Tetrahidrocannabinol) que es la droga psicoactiva del Cannabis y CBD (Cannabidiol) que tiene más efectos antinflamatorios, anticonvulsivantes y sin potencial adictivo. 

¿Hay diferencias entre el cannabis medicinal y el que se vende ilícitamente? 

Sí, lo que el cliente del dispensario compra son las moñas de la planta hembra, que usualmente son producidas mediante cultivos hidropónicos. La diferencia es que el contenido de THC, que es el constituyente psicoactivo del cannabis, es mucho más alto en el producto vendido en los dispensarios en comparación con el que se compra ilícitamente. Por los altos contenidos de THC en los productos vendidos en los dispensarios, es que tiene mayor potencial adictivo y mayores efectos psicotrópicos. En estos dispensarios se venden productos súper concentrados para ser vaporizados con los vaporizadores electrónicos y algunos de estos productos pudieran tener hasta un 95% de contenido de THC. 

¿Es el cannabis adictivo?

La realidad neurobiológica de los trastornos por uso de substancias (TUS) es que cualquier substancia que, como efecto en el cerebro, provoque la liberación de un neuroquímico llamado Dopamina en las Vías de Gratificación, tiene potencial adictivo. La literatura constata que al menos 11% de todo adulto que utiliza cannabis diariamente, desarrollará un uso adictivo. Lo que es más lamentable es que la literatura asevera que si el uso de esta droga se inicia en la adolescencia, al menos 50% de los jóvenes desarrollarán uso obsesivo compulsivo (adicción) a esta droga. 

¿Cuál es la gran preocupación? 

La gran preocupación es que ya, en nuestra sociedad, el consumo de esta droga, como el alcohol, se ha normalizado. Al percibirse como una droga “suave”, medicinal y supuestamente no adictiva, el uso de ella se percibe como inocuo y sin consecuencia. 

¿Qué es lo que la mayoría de las personas desconocen?

Aun después de la aprobación de uso “medicinal” de esta droga por la mayoría de los estados y la legalización en otros, la ciencia sigue estudiando los efectos a largo plazo de esta droga, particularmente en nuestros adolescentes y adultos jóvenes. La neurociencia sabe que el cerebro humano continúa en pleno desarrollo hasta al menos los 27 años de edad. Estudios recientes comprueban que el uso regular de esta droga provoca daño a áreas del cerebro que tienen que ver con el aprendizaje (áreas cognitivas) y que dicho daño es permanente. O sea, el daño en aprendizaje es irreversible. Se sabe que el cociente de inteligencia pudiera bajar hasta dos desviaciones estándares estadísticamente. La Academia Americana de Pediatría, en una carta de política institucional, ha dicho que le es prohibido a una mujer embarazada o lactante, usar productos de cannabis en absoluto. Esta política institucional es impulsada por la evidencia irrefutable de daño cerebral a las áreas del cerebro donde aprendemos. 

Además, la literatura describe un síndrome llamado el Síndrome Amotivacional. Dicho síndrome es un efecto, en nuestros adolescentes, del uso rutinario de cannabis donde ellos pierden motivación para actividades que conllevan el completar tareas o metas. En adolescentes, fumadores regulares de cannabis, pudiéramos fácilmente relacionar el consumo de esta droga al alto nivel de abandono escolar. 

Conclusiones

Inicialmente, el dispensar productos de cannabis tenían el propósito de proveer esta droga, de una manera lícita, predominantemente a personas mayores de edad con una multitud de condiciones para las cuales se ha comprobado tiene utilidad (artritis, migrañas, Parkinson’s, fibromialgia, etc). El problema existente es que la inmensa mayoría de las personas que acuden a los dispensarios son jóvenes que no les duele nada y la compra es con propósito recreacional. La preocupación es que estamos fomentando la creación de una sociedad cada vez con menos proeza intelectual. En otras palabras; con el uso recreacional de esta droga por nuestros jóvenes, nos estamos embruteciendo como sociedad, estamos criando una juventud desmotivada y creando dependencia a una droga que se promueve cada día más y más, meramente porque deja dinero a los dispensarios que siguen apareciendo en números cada vez mayores.

Diác. Dr. Héctor O. Santos Reyes

Para El Visitante

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