Del 18 al 21 de enero miles de puertorriqueños asistirán a las Fiestas de la Calle San Sebastián. Más allá de la algarabía, estas tienen una esencia de fe y cultura desde un principio, motivo que hoy se persigue afianzar y resaltar ante la celebración de la solemnidad de San Sebastián Mártir el próximo 20 de enero.
Según Padre Rafael “Felo” Méndez, la iglesia San José y la Calle San Sebastián tienen una historia estrechamente unida. Fue P. Juan Manuel Madrazo, sacerdote español y hermano paúl, quien con la motivación de restaurar el icónico templo San José, y diversas causas sociales de la época habría iniciado esta festividad. Sin embargo, cabe preguntar ¿quién fue San Sebastián?
Fue un militar en el tiempo de Roma, durante el siglo III. Llegó al rango de capitán de la Guardia en el Palacio Imperial y aprovechaba su cargo para ayudar a los cristianos perseguidos, dato mal visto en ese entonces por las autoridades. Por esa condición fue denunciado al emperador Maximino que le ordenó renunciar a su fe o morir asaeteado. Se negó terminantemente a abandonar su fe lo que encolerizó al emperador.
Fue asaeteado amarrado en un madero, pensaron que le habían dado muerte, pero estaba moribundo. Recuperado, no quiso vivir en el anonimato y decidió anunciar a Cristo por todas partes y presentarse ante el emperador, quien mandó a azotarlo hasta morir sin errores y lanzar su cuerpo sin vida a un lodazal.
Los cristianos recogieron su cuerpo y le dieron sepultura en las famosas catacumbas que hoy llevan su nombre. La devoción al santo es una de las más antiguas y una historia que ha cautivado e inspirado el cristianismo desde los primeros siglos.
En Roma levantaron desde muy antiguos tiempos una basílica en su honor. Es patrono de los arqueros, los soldados y los atletas. El nombre “Sebastián” significa: “Digno de respeto. Venerable”.